La crisis de los transportes y la lenta reactivación de la producción ha generado un incremento del precio de las rosas, el producto estrella de San Valentín, a pocos días del 14 de febrero, aunque las floristerías tratan de que el encarecimiento de la materia prima se note lo menos posible en el precio final que pagarán los clientes. Las floristerías de Mallorca que se preparan para una de sus fechas más señaladas en cuanto a ventas, con la confianza de que arroje mejores resultados que los dos últimos años, aunque con incertidumbre por la pérdida de poder adquisitivo de la población.
Las flores no han escapado a la crisis de los transportes y en el caso de la rosa roja, que llega a Mallorca procedente principalmente de Colombia y Países Bajos, el precio se ha «disparado bastante», según ha apuntado Juan Carlos García, del Vivero Can Roses de Son Ferriol. En la misma línea, Miquel Sastre, de Flors i Detalls, en Palma, ha detectado que el precio se ha llegado a duplicar. Al encarecimiento de las rosas por los transportes, se suman las heladas de las últimas semanas en Mallorca, que también podrían afectar al precio de otras especies de flores o plantas que sí se producen en la Isla y que a menudo se presentan combinadas con la flor roja. Sin embargo, como apunta Valeria Frumento, de Flors Isabel (Palma), los establecimientos, conscientes del descenso del poder adquisitivo, prefieren recortar algo los beneficios y poder mantener los precios. A día de hoy, una docena de rosas rojas puede situarse entre los 40 y los 50 euros. En todo caso, los floristas preparan con confianza la fecha señalada. Después de un 2021 «complicado», según Sastre, la gente está más «animada», tal como constata Mercè Zoroa, propietaria de Mercedes Flores, que espera que 2022 «vaya mejor que los anteriores». Sin embargo, «las previsiones de ventas siempre son una lotería», ha afirmado María, de Nou Art Floristería (Inca).
Todos los testimonios consultados coinciden a la hora de situar a la rosa roja como «la estrella» de San Valentín y protagonista en la inmensa mayoría de compras y encargos. Sin embargo, la rosa llega cada vez más acompañada o en combinación con otro tipo de propuestas. Flores de Mallorca, un establecimiento que ha pasado de la calle Aragón de Palma a Marratxí y a explotar la propuesta online ofrece cajas de regalo, peluches, cestas de frutas y desayunos en domicilio, uno de sus productos más demandados. Su gerente, Isabel Ferrandis, ha explicado que estas opciones ganan cada vez más adeptos. «Las floristerías tenemos que competir ahora con supermercados y grandes superficies. Hay que reinventarse», apunta. Flores de Mallorca prepara incluso «fiestas sorpresa» de San Valentín en los domicilios, con bastante éxito. «A la gente le encanta que le sorprendan», insiste. En la misma línea, el Vivero Can Roses ofrece, gracias a una colaboración, la combinación de las flores con cajas de productos dulces, salados o frutas. «En San Valentín ya no se regala únicamente el clásico ramo de flores», señala Juan Carlos García.
Además, el hecho de que el 14 de febrero sea lunes favorece, según han argumentado, a las floristerías frente a otras ofertas. En este sentido, Valeria Frumento, de Flors Isabel, en la Rambla de Palma, ha indicado que mientras que si San Valentín es en fin de semana, las parejas optan, por ejemplo, por un spa o una escapada rural, mientras que entre semana hay más envíos al trabajo, al domicilio o compras de paso. En la misma línea, Miquel Sastre, de Flors i Detalls, prevé más reparto. «Si es fin de semana, el comprador aprovecha para venir a la tienda y poder ver el producto antes de comprarlo», ha apuntado.
De la misma manera que San Valentín se mantiene como una fecha señalada y propicia para regalar flores, tampoco cambia el hecho de que sea el hombre quien regale a la mujer en la mayoría de los casos aunque, como señalan los floristas consultados, el escenario vaya cambiando. «¡Cómo si al revés no se pudiera!», exclama Zoroa, que apunta incluso que aún hay hombres «que tienen algo de vergüenza de ir a comprar flores». Valeria Frumento, florista en La Rambla de Palma, recuerda incluso casos de personas que en San Valentín compran flores para llevarlas al cementerio a sus parejas, que ya fallecieron.
Sin embargo, el descenso del poder adquisitivo unido al encarecimiento del producto en los últimos años ha ocasionado que, según apuntan, lo que más se venda sean docenas o medias docenas de rosas rojas, aunque aún queda espacio para los grandes gestos. García, del Vivero Can Roses, apunta que todavía hay quien compra o encarga ramos con medio centenar de rosas. Sastre, de Flors i Detalls se refiere a una ocasión en la que un hombre encargó tres ramos de 100 rosas cada uno. Por su parte, Ferrandis, de Flores de Mallorca, señala que el año pasado un joven envió a su novia un ramo cada hora. En la misma línea, Frumento, de Flors Isabel, recuerda que hace años un joven envió a una chica que trabajaba en una discoteca cinco ramos de 50 flores cada uno cada media hora durante todo un día.