No hizo falta volar hasta Kabul (Afganistán) para que Araceli Esteves y Teresa Cachofeiro, de 61 años cada una, se diesen cuenta, en primera persona, del terror de los talibanes. Lo saben bien desde que entraron a formar parte de Afghan Women On The Run, un grupo de mujeres que se gestó en Cataluña en septiembre para ayudar a personas afganas con el proceso de solicitar un pasaporte o visado para llegar hasta Pakistán o Irán. Y de ahí, a España. En total, son ocho mujeres que están a diario en contacto con familias. Lo hacen vía WhatsApp y, hasta la fecha, ya han podido traer hasta aquí a dos familias. Las voluntarias están repartidas entre Mallorca, Catalunya y Valencia.
Araceli y Teresa viven en Santanyí y son «como hermanas». Decidieron formar parte del equipo en noviembre. «Sobre todo hablo con muchas periodistas afganas y fiscales que corren mucho peligro. También estoy en contacto con una poeta erótica afgana. Para ser realista con ellos, les decimos que demuestren ante las embajadas que sus vidas corren peligro de muerte inminente para que así les den el visado», dice Araceli Esteves.
Embajadas
El equipo solicita las citas previas de los afganos en las embajadas españolas en Teherán (Irán) e Islamabad (Pakistán). «Es indispensable que tengan pasaporte, o en todo caso que lo consigan en Kabul, para que puedan desplazarse hasta esos dos países». Araceli sabe que «no porque vayan a dichas embajadas significa que podrán irse de allí. Los trámites son muy lentos. Si les aceptan, les compramos nosotras los billetes y luego tienen que volver a mostrarlos ante la embajada para validar su salida». Unas 70 familias con documentación ya han pedido ayuda al grupo. Y de las que no tienen papeles, «el número es incontable».
«¿Que si tengo miedo? Miedo no, pero sí que mi pareja y hermana me dicen que vaya con cuidado». Araceli, a pesar de todo, no es capaz de cerrar el grifo: «Para mí son todos como hijos. Empiezas a tener una relación emocional con cada uno de ellos. Si no estuviera jubilada, no podría hacer esto. Es estar todo el día atendiéndolos, pero para desconectar, a partir de las siete ya no miro el móvil porque, si no, no me daría para más la cabeza».
Estas mallorquinas coinciden en que «es difícil no involucrarte por lo que te cuentan. Entonces, ¿cómo voy a dejarles después de que te dicen lo que viven?». Araceli confiesa que hay unas afganas activistas con las que hablaba que podrían estar muertas. A pesar de todo, sigue luchando al lado del pueblo para poder sacar a más personas de Afganistán.
El apunte
El grupo de mujeres recauda dinero para las familias afganas
El grupo de mujeres Afghan Women On The Run recauda dinero para cubrir los gastos de alojamiento y manutención de las familias afganas en Irán y en Pakistán, mientras esperan la resolución de las embajadas a que les den asilo político en España. Ya han ayudado a traer aquí a dos familias, entre ellas la niña de la imagen.