«El metro pasó a una velocidad que no es normal y a su paso se desprendió parte del techo que me cayó en la cabeza. Pensábamos que se le habían roto los frenos». Los hechos ocurrieron el pasado 7 de enero cuando Mónica, una usuaria habitual del Metro de Palma, se encontraba esperando en la parada de Gran Vía Asima. Tras algunos desajustes en los horarios, algo comprensible debido a la huelga de trabajadores que había ese día, apareció un convoy dirección Plaza España a toda velocidad.
«Se generó una gran polvareda y mucha confusión. Yo y otra mujer resultamos heridas», explica Mónica que todavía se recupera de las contusiones que sufrió. «Una ambulancia me llevó a Son Espases. Al salir del hospital fui a poner una denuncia a la Policía Nacional. Tengo muy claro que fue por culpa del chofer. Entiendo y veo perfecto que estén en huelga pero con esto podría habernos matado», añade.
Mónica también se muestra muy decepcionada con la atención del SFM tras el incidente: «No vino ningún responsable, tan solo un encargado de seguridad. Por otra parte, desde ese día nadie se ha interesado por mi estado de salud».