Cuando un trabajador sanitario se contagia de coronavirus debe guardar siete días de cuarentena como todo el mundo. En su caso, al ser su tarea esencial, y como se hacía en tiempos de poca infección con el resto de población, se les hace una PCR de salida.
Esta segunda prueba tiene capacidad para derimir su carga viral y si es inferior al 34 % existe la evidencia científica de que no hay capacidad de contagio. Así pues, aquellos sanitarios que, pasados siete días, han negativizado el virus o tienen una carga viral baja pueden reincorporar a su puesto de trabajo sin ningún riesgo.
Los sindicatos profesionales se muestran totalmente de acuerdo con este método habida cuenta del gran número de bajas entre el colectivo a causa del virus. Defienden que da una mayor seguridad a la hora de volver a tratar con los pacientes. Si bien el método es inasumible para la población general, el Sindicato Médico se pregunta: «¿cuánta gente puede haber que tras siete días de confinamiento se reincorpore con capacidad infectiva?». Las autoridades competentes han equilibrado la necesidad de estar laboralmente activo con la salud, por lo que la seguridad ha perdido puntos por el camino.