Los restauradores de Mallorca están sufriendo estos días un aluvión de cancelaciones para Nochevieja y Año Nuevo. Además, hay muchos que han decidido no abrir sus puertas y otros que han cerrado hasta finales de febrero o marzo debido a las pérdidas económicas que les está generando esta situación en la que reina la incertidumbre. El presidente de Mallorca CAEB Restauración, Alfonso Robledo, ha manifestado que no es posible cuantificar el porcentaje de reservas canceladas, ya que muchas de ellas se producen en el último momento, pero sí ha confirmado que ya llevan muchas anulaciones y espera que siga esta tendencia.
Los motivos de las cancelaciones son varios: desde el miedo a contagiarse de COVID-19 y tener que hacer cuarentena hasta haberse infectado y estar ya en aislamiento. Robledo ha asegurado que estas Navidades están siendo «muy malas» para el sector de la restauración, motivo por el que muchos restauradores han decidido no abrir sus puertas estos días. En este sentido, ha argumentado que es muy difícil comprar los productos sin tener una previsión razonablemente fiable del número de clientes que van a recibir; las cancelaciones de última hora están a la orden del día y algunas personas directamente no se presentan. Esto hace también muy difícil saber qué personal debe contratarse para prestar el servicio.
Robledo ha destacado que en algunos restaurantes las reservas no superan el 15 por ciento, cuando lo habitual era que en estas fechas estuviesen llenos. De hecho, las reservas solían hacerse con unos 25 días de antelación, lo que permitía a los empresarios del sector realizar una planificación acorde a sus necesidades. Todo ello, está motivando pérdidas económicas muy importantes para el sector de la restauración. «Estamos recibiendo un golpe muy duro, de nuevo», ha lamentado.
En términos similares se ha expresado la presidenta de la Asociación de Restaurantes, Bares y Cafeterías (RBC) de Mallorca, Eugenia Cusí. «Aunque hay reservas de última hora, también hay otras hechas y después no vienen». A su modo de ver, la extensión del certificado COVID a todos los establecimientos de restauración ha provocado cancelaciones. «Es una época volátil e inestable, los mensajes que se trasladan a través de las medidas impuestas no guardan relación ni coherencia con la seguridad del sector, en los últimos 21 meses no ha aparecido ningún estudio que sostenga que la restauración es un foco de dispersión COVID», ha recriminado. En este punto, también ha querido trasladar un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos, asegurando que los establecimientos de restauración son seguros.
Cusí ha criticado que estas medidas «están destruyendo empleo y tejido productivo» y ha vaticinado que la recuperación del sector «va a ser muy complicada». A su entender, «sería más eficiente a nivel sanitario y económico manejar ambas variables de manera conjunta y no hacer prevalecer el criterio sanitario independientemente del impacto económico». RCB siempre ha rechazado la implantación del certificado COVID en Baleares.
Por su parte, el presidente de la asociación de restauradores Arema, Jaume Colombás, también ha confirmado que están teniendo muchas cancelaciones estos días, aunque tras el anuncio del cierre de algunos establecimientos importantes han tenido algunas reservas. Sin embargo, prevé que hasta el viernes haya nuevas anulaciones. Algunos de los motivos que dan los clientes son que se encuentran aislados por coronavirus. Colombás ha lamentado que también hay personas que no se presentan y ha realizado un llamamiento para que avisen previamente. En este orden de cosas, ha explicado que la situación es «es dramática, un desastre» si se compara con la Navidad de 2019, previas a la pandemia, aunque algo mejor que la de 2020 cuando había muchas restricciones en vigor en la Isla.