José Antonio Serrano nació en 1975 en la desaparecida clínica Mare Nostrum de Palma, en cuyos archivos figura que fue alumbrado mediante cesárea por la mujer que en realidad le adoptó, una ocultación de su madre biológica contra la que ha emprendido un proceso judicial para conocer qué pasó: «Pido la verdad». El juzgado de instrucción número 5 de Palma ha admitido a trámite la querella por presunta falsedad documental presentada por este hombre para tratar de conseguir el objetivo que persigue desde que supo que había sido adoptado.
«Es mi derecho conocer el nombre de la madre que me dio a luz ese día. Tiene que haber algún documento», subraya Serrano desde su casa de Cartagena en una entrevista con Efe en la que explica su caso y las razones que le han llevado a recurrir a la justicia. Fue «un niño feliz» en un hogar de «padres mayores». Su madre adoptiva tenía 54 años y el padre 56 cuando él nació. No supo de su condición de adoptado hasta 1998 y sus padres rehusaron contarle las circunstancias de su nacimiento. Habían vivido hasta los 10 años en Mallorca y después se trasladaron a Murcia, donde tras casarse, y al conocer por los medios de comunicación historias de niños robados, comenzó a indagar sobre la suya.
En casa de sus padres encontró documentos con facturas y pagos al hospital Mare Nostrum en las que se indicaba que había nacido fruto de una cesárea el 6 de septiembre de 1975. Lo poco que consiguió saber por su madre es que le pusieron en sus manos en la misma clínica y desde entonces fue su hijo. «Nunca quiso contar nada más. Se ha ido al cielo con muchos secretos». También su padre se negó a aclararle más. El hombre murió en 2004 y la madre adoptiva en 2015. José Antonio interpreta que sus padres tenían «miedo al rechazo» si contactaba con su familia biológica, algo completamente ajeno a su propósito, que es aclarar su origen.
Se puso en contacto con la Asociación Orígenes, una entidad de Mallorca dedicada a tratar de esclarecer casos como el suyo, que a su vez le dirigió a un abogado especializado, Enrique Vila, quien inició la vía judicial. En paralelo, se dirigió al Consell de Mallorca, depositario de los archivos de la antigua Casa Provincial de la Infancia, que, tras múltiples trámites, le confirmó que figura en sus libros como «niño abandonado de madre desconocida». También requirió información a la clínica que custodia la documentación de la desaparecida Mare Nostrum.
El centro médico le indicó que figura en los documentos como Jesús José Antonio Serrano Cervantes, y que el nombre de la mujer que le alumbró es el de su madre adoptiva. Además, se recoge que la parturienta sufrió una cesárea y estuvo ingresada durante dos días. No obstante, el registro de adopción de la Casa de la Infancia es del mismo día del nacimiento. José Antonio está seguro de que en la ocultación del nombre de la madre biológica y la entrega irregular en adopción intervino una monja conocida de la familia, ya fallecida. Inicialmente se le inscribió en el Registro Civil como hijo biológico de la familia Serrano Cervantes y dos años más tarde, por causas que desconoce, se cambió la información registral para hacerle constar como adoptado. «¿Qué se trata de ocultar? El nombre de mi madre es lo único que pido», insiste José Antonio, que está convencido de que el suyo no es un caso aislado. Su madre le contó que la misma monja que le entregó a él le ofreció cinco años después otro niño. Ella lo rechazó pero le indicó que conocía a otra familia que podría estar interesada, «y adoptaron a ese niño».