El comité de disciplina del PI se constituyó la noche de este lunes con la intención de suspender de militancia a los consellers insulars del sector crítico del partido, Pere Soler e Isabel Febrer. Pero les deja tiempo para que rectifiquen su decisión de relevar unilateralmente a la vicepresidenta Xisca Mora como portavoz del PI en el Consell y de no acordar con la dirección del partido la contratación de una nueva asesora.
«Están a tiempo de rectificar, pueden volver a nombrar a Mora como portavoz insular. Es eso o que entreguen su acta de consellers, porque no es suya», zanjó el presidente del PI, Tolo Gili. Pero en el sector rebelde nadie está dispuesto a hacer marcha atrás. «Queremos seguir en el PI, es nuestro escenario preferente y la expulsión nos preocupa poco», dijo este lunes por la mañana el actual portavoz del PI en el Consell y una de las cabezas visibles del sector rebelde, Pere Soler. «Nuestra actuación es perfectamente legítima en base al reglamento del Consell. Si nos suspenden o expulsan, esta cuestión tiene recorrido en la Justicia ordinaria, nos apoya la normativa del Consell y la jurisprudencia», añadió desafiante Soler. Fue en una rueda de prensa a las puertas de la sede del partido, que la actual dirección del PI no abrió a los críticos.
Entre el sector rebelde ya nadie esconde que existe una guerra entre los dos bandos. «Nos quieren amenazar con filtraciones interesadas y acusaciones sin fundamento pero no sucumbiremos», defendió el crítico Pere Soler. Según los rebeldes, «el presidente del partido, Tolo Gili, tendría que aclarar por qué tiene un sueldo como cargo de confianza en el Parlament cuando se ha llenado la boca de decir que seria un presidente con dedicación exclusiva al partido», denunció Soler. En la dirección del PI reconocen este hecho pero recuerdan «que ya se funcionaba así cuando Jaume Amengual era el presidente».
El apunte
Peritos analizan ordenadores y móviles por supuesto espionaje
Fuentes del sector crítico del partido han confirmado a Ultima Hora que varios peritos informáticos están analizando móviles y ordenadores pertenecientes a trabajadores del partido «para averiguar si con la instalación de programas de recuperación de información se han almacenado datos personales y se ha vulnerado la ley de protección de datos», explicaron. Un hecho que el presidente del PI, Tolo Gili negó categóricamente a este periódico «no es cierto, en el PI nadie espía», dijo.