Casi 5.000 ciudadanos de Baleares pasaron la pasada semana por los distintos puntos de vacunación de las Islas para administrarse la primera dosis de la vacuna. En cualquier caso deberán volver a los puntos de vacunación en 15 días para obtener la segunda dosis del fármaco, que es lo que se pide para obtener el certificado COVID. La administración de las primeras dosis se ha duplicado durante esta semana tras la decisión del Govern de solicitar el certificado para acceder a la restauración, de la que finalmente han quedado excluidos los bares y cafeterías.
El momento de récord de la semana pasada se produjo el miércoles, con 1.858 dosis inoculadas en las Islas en un solo día. Se trata de citas que muy probablemente se solicitaron el lunes, tras conocerse la decisión del Govern. El resto de la semana se han administrado entre 500 y 600 primeras dosis, el doble que la semana anterior. El 90 por ciento de esas primeras dosis que se inoculan corresponden a personas menores de 50 años, según la estadística del Govern.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que la administración de la primera dosis ha coincidido con la campaña para inocular la tercera dosis a los mayores de 60 años. Hasta el domingo se habían administrado un total de 35.969 dosis de la que más de 31.000 corresponden a la dosis de refuerzo. En estos momentos hay en Balears un total de 29.022 personas que han dicho que no se quieren vacunar, a las que la Conselleria de Salut ya no llama para que se administren la vacuna. Corresponde más o menos al 3 % de personas negacionistas que se estima que existen en España y que no se pondrá la vacuna por principios y no por temor a una reacción adversa, como pasa en otros casos.
Los esfuerzos del Govern, con la aprobación del certificado COVID incluido, se centran en conseguir que se vacunen las 160.000 personas que se calcula que siguen sin hacerlo. El Govern ya sabe que la mitad de todos estos no vacunados son extranjeros.