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La muerte violenta del capitán ibicenco que marcó un hito en la abolición de la esclavitud

Hasta el punto de que el director Steven Spielberg llevó el motín de la goleta 'La Amistad' al cine

La goleta 'La Amistad', representada en una acuarela de la época. Estados Unidos dio pábulo a las terribles condiciones de vida de los esclavos en un intento de menoscabar la imagen exterior de un imperio español venido a menos. En ciernes estaba la pugna por dominar Cuba. | Wikipedia

| Ibiza |

Año 1839. Entre las últimas horas del mes de junio y las primeras del mes de julio se produjo un motín en 'La Amistad', una goleta esclavista en aguas caribeñas. Sobre la cubierta los esclavos africanos que eran traficados vertieron la sangre de dos hombres de la tripulación. Uno de los muertos en el alzamiento fue el patrón de la embarcación, el ibicenco Ramon Ferrer. Su muerte derivó en un proceso judicial en Estados Unidos, y su historia caló en su época, produciéndose inmediatamente después pronunciamientos de calado contra la esclavitud. La historia le vino al pelo al director de cine Steven Spielberg para retratar el tráfico de personas ilegal, aquel que se daba incluso al margen de las leyes esclavistas que durante largo tiempo protegieron esta inhumana práctica en Occidente. ¿Cuál fue la historia de aquel pitiuso y bajo qué circunstancias se dedicó a esta práctica?

Los autores Antoni Ferrer, Joan Planells y Pere Vilàs trataron este estimulante tema en un número de la publicación Fites, editada por la Associació d'Amics del Museu Arqueològic d'Eivissa i Formentera. En él reseñan las durísimas condiciones de los esclavos, arrancados con violencia de su tierra natal, probablemente en Costa de Marfil y subidos a un barco, encadenados y sometidos a una travesía nada placentera. Su destino más probable: ser vendidos en la costa de Cuba, donde en los últimos años habían proliferado las plantaciones, principalmente de tabaco y caña, propiedad de empresarios españoles que utilizaban mano de obra esclava con el beneplácito de las autoridades coloniales corruptas.

El proceso judicial, iniciado tres años después de los sucesos, ha estimulado el trabajo de los investigadores, como Philip D. Curtin, profesor emérito de la Universidad Johns Hopkins especializado en la historia de África y el comercio de esclavos en el Atlántico, que han recabado datos para aproximarnos a aquel tipo de 'comercio' que sobrevivió a las primeras prohibiciones del esclavismo en las colonias en el primer tramo del siglo XIX. Según sus pesquisas, entre 1817 y 1843 se registraron en la zona 802 nombres de capitanes y/o patrones y 847 nombres de embarcaciones dedicadas a este fin. Es de pura lógica inferir que 'La Amistad' no fuera la única comandada por un balear, en un contexto de migraciones masivas hacia América.

Una goleta coétanea y similar en cuanto estilo y dimensiones a 'La Amistad'. Foto: Archivo Ultima Hora.

Lo cierto es que ya desde finales del siglo XVIII tanto Ibiza como Formentera eran Islas muy empobrecidas. Eso fue un acicate de la emigración hacia el otro lado del Atlántico, muy similar a como se vivió en esos mismos años en amplias zonas de Mallorca. El trabajo en los archivos ha obtenido más señas del patrón asesinado por los esclavos negros. Al parecer Ferrer poseía más de una embarcación. Incluso un vapor a medias con otro socio, que en alguna ocasión también hizo incursiones esclavistas en la costa africana. Al parecer las ganancias se revertían en compras de terrenos en tierra firme. La caña de azúcar era buscada y la vida de esas personas no valía nada para sus captores. La ganancia era completa.

Los estudios genealógicos en los archivos locales de Ibiza han deparado que tanto Ramon como su hermano Damià provenían de una familia marinera, como mínimo hasta su abuelo; su bisabuelo fue picapedrer. Probablemente ello les empujó a tratar de prosperar en la Perla del Caribe, a pesar de que fuera traficando con vidas humanas. Ferrer llegó a comprar legalmente un esclavo en Camagüey, de nombre Celestino, que ingresó de cocinero en la goleta y se convirtió en la otra víctima mortal del motín de los esclavos. Con el barco tomado y la tripulación bajo amenaza, deambuló a la deriva un tiempo, hasta que un buque de la Armada norteamericana intervino. Por eso el juicio se llevó a cabo en suelo estadounidense, plasmando de cara a todo el mundo el terrible pecado de los españoles en Cuba, décadas antes de desatarse la guerra por el control tácito de la Isla, y que desembocó en su independencia en 1898.

Sea como fuere el testimonio traducido de uno de los esclavos en el juicio indicó que los motivos que desataron la rebelión a bordo fue la orden del patrón de reducir a la mitad las raciones diarias, así como las burlas y chanzas del tal Celestino. Lo relevante de la investigación es como deja al descubierto la capacidad de amasar una gran cantidad de dinero en unos pocos años, que no son fáciles de explicar con los viajes de comercio de productos ordinarios. Por tanto, destaca al capitán Ferrer como un ávido navegante esclavista, que en muy poco tiempo hizo fortuna y se hizo un hueco en la pujante sociedad de La Habana, hasta que halló la muerte a manos de su propia 'carga', una muerte que precedió y sirvió de argumento para que, meses después, el papa Gregorio XVI se postulara por primera vez en público a favor de la abolición completa.

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