El primer día en el que el certificado COVID fue obligatorio para entrar en restaurantes de más de 50 personas de aforo se llevó a cabo con pequeñas complicaciones logísticas en los controles de acceso de los locales pero sin incidentes. Hubo algún que otro olvido pero la totalidad de los clientes aceptó y siguió la norma.
Víctor Vidal, encargado del mesón Ca'n Pedro, afirmó que «hemos ido un poco de culo. Mucha gente esperando porque esto va despacio pero lo hemos sacado bien. No ha habido quejas. Una persona no ha llevado los papeles y se ha ido. Hoy han venido unos 300 comensales». Preguntado por qué les parece la medida, el restaurador explicó que «la medida está bien pero preferimos esto a limitaciones de aforo o de horario. A la larga esta norma será positiva porque habrá más gente vacunada. Preferimos esto a cerrar horarios o porcentajes de capacidad».