Hoteles de Mallorca están donando estos días centenares de kilos de comida por el fin de la temporada turística. El cocinero Koldo Royo, que colabora con estas donaciones, explica que las entidades más beneficiadas son Tardor y Projecte Home. El cocinero destaca que cadenas como Iberostar o Inside, así como el hotel Bonsol, se encuentran entre los principales aportadores de alimentos, que dejan de tener una utilidad y se tendrían que tirar a la basura por el cierre de los establecimientos.
Los restaurantes también suelen realizar importantes cantidades de comida para que los más necesitados puedan beneficiarse de ellas. En este punto, destaca la colaboración de la asociación de pizzeros, a través de Pizza School, y de la asociación de chefs Ascaib.
Precisa Koldo Royo que los restauradores, en general, aún no están tan concienciados como los hoteleros, aunque reconoce que el caso de los más pequeños restaurantes es muy difícil hacer una previsión de la comida que no se va a necesitar y se puede donar antes de que perezca. En este punto, destaca que en Estados Unidos es habitual ver en las puertas de los grandes restaurantes a personas esperando para recibir un táper de comida; en España, esto no es habitual debido al buen trabajo que realizan las entidades sociales.
Las grandes cadenas de supermercados, como Mercadona y Carrefour; así como pasteleros y panaderos también se encuentran entre los grandes donadores de alimentos.
Aumenta la concienciación
Royo destaca que en los últimos años se ha incrementado la concienciación y cada vez se dona más comida para que pueda ser aprovechada, en lugar de tirarla. También ha contribuido el hecho de que las entidades sociales colaboren y, en muchas ocasiones, son ellas mismas las que van a recogerla. Pese a ello, aún queda mucho trabajo por hacer, ya que Royo asegura que se sigue tirando más comida de la que se dona, una situación que debe revertirse lo antes posible.
En el año 2020 se realizaron muchas donaciones de alimentos, ya que muchas empresas tuvieron que cerrar de manera repentina debido a la pandemia y antes de tirar el género lo donaron a las entidades sociales.
El apunte
Una ley obligará a donar los alimentos
El Consejo de Ministros aprobó a principios de octubre un proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, que prevé que todos los agentes de la cadena alimentaria deben contar con un plan de prevención que tiene que incluir una jerarquía de usos en la que la prioridad es la utilización en alimentación humana a través de donaciones a empresas sin ánimo de lucro o bancos de alimentos. Para ello, se crearán convenios con las organizaciones receptoras en los que se debe recoger específicamente aspectos como las condiciones de recogida, almacenamiento y transporte o la selección de alimentos.
Los alimentos donados deberán tener una vida suficientemente útil para que se puedan distribuir y su uso sea seguro. Las empresas donantes y organizaciones receptoras estarán obligadas a garantizar su trazabilidad mediante un sistema de registro de entrada y salida, según el Ministerio de Agricultura.
Esta ley también prevé que los establecimientos de restauración tendrán que informar de la posibilidad de llevarse la comida sobrante en un táper y deberán hacerlo de forma visible, preferiblemente en la carta o menú, así como deberán disponer de envases reutilizables.
Las empresas distribuidoras de alimentos y las administraciones deberán incentivar la venta de productos con fecha de consumo preferente o de caducidad próxima. Los establecimientos de venta al por menor de más de 400 metro cuadrados de superficie, deberán fomentar líneas de venta de productos que no tengan una apariencia perfecta en condiciones óptimas de consumo.
Royo explica que la práctica de llevarse un táper con la comida sobrante sí está cada vez más extendida en Mallorca y resulta habitual ver como los clientes salen con la comida sobrante de los restaurantes.
Cada español desperdicia cada año 31 kilos de alimentos sin consumir. El ministro de Agricultura, Luís Planas, argumentó que «la intención del Gobierno con esta Ley es llamar a un debate social sobre la alimentación, la adquisición de alimentos, el tener una alimentación sana, segura y sostenible y que sea a buen precio. No hay producto alimentario más caro que aquel que acaba en la basura y se despilfarra».