Josep Rull (Terrassa, 1968) fue nombrado conseller de la Generalitat de Catalunya por Carles Puigdemont en 2016 y cesado el 27 de octubre de 2017 mediante el artículo 155. Condenado a diez años y medio de cárcel, es uno de los presos del ‘procés' que el Gobierno indultó recientemente, aunque la pena de inhabilitación para ejercer cargos públicos sigue vigente. Anoche presentó su libro 1 dia d'octubre i 2 poemes en Can Alcover y esta tarde hará lo mismo en el Conservatori de Manacor a las 20 horas.
Empecemos por el libro. ¿Qué explica en 1 dia d'octubre i 2 poemes?
— Es un testimonio directo y absolutamente subjetivo de cómo vivía desde el 1 de Octubre hasta el día que nos comunicaron la sentencia. Explico cómo vivimos el 1 de octubre, por qué se hizo la declaración de independencia y por qué no se desplegó, el proceso judicial, la cárcel... Pero es un libro que habla de un nosotros, de un nosotros país, que se sintió nación como nunca. Y es también una apelación a la esperanza. De hecho, el subtítulo dice quan l'esperança venç la por. Porque estoy convencido de que el sacrificio no ha sido en vano, la semilla de la libertad es vigorosa y germinará con fuerza. Que valió la pena.
¿Por qué valió la pena?
— Le pondré tres razones. Por el patrimonio inmaterial que supone el 1 de Octubre: a cuántas naciones no les gustaría tener uno.
¿Pero ustedes se esperaban esta respuesta de los catalanes al defender el referéndum?
— No. Ese día vencimos el miedo. El Estado español debía imaginarse que ante su despliegue de medios se encontraría un pueblo atemorizado, pusilánime.
Había más nación de lo que ustedes esperaban.
— Había una combinación extraordinaria de nación y democracia, como vimos el 3 de octubre.
Ha dicho que explicaría en tres razones por qué valió la pena.
— Sí, la primera era que qué nación no quisiera tener un 1 de Octubre en su imaginario colectivo. La segunda, que ahora ya sabemos que hay tras el muro. El ‘España no será capaz de' ha quedado desmentido; es capaz de todo, y subrayo todo, para garantizar su integridad territorial. O lo de ‘Europa no permitirá que'. Ahora sabemos que una parte de Europa se ha quedado indiferente pero ha habido otras expresiones interesantes: las justicias alemana o belga, por ejemplo. Ahora podemos configurar una hoja de ruta solvente que nos permita culminar el ‘procés'. Y la tercera razón: todos los jóvenes que estuvieron detrás del 1 de Octubre o de la sentencia. Valía la pena solo para mantener a los jóvenes en la causa.
Decía que no sabían que había tras el muro, pero la historia de España es la que es. ¿Acaso fueron ingenuos?
— No. Creo que los demás países de la UE se sintieron incómodos en la utilización de la violencia desbocadísima del 1 de Octubre. Al fin y al cabo hemos visto la debilidad de España. Canadá y el Reino Unido, más fuertes, sí pactaron un referéndum.
¿Qué explica de la cárcel?
— Sobre todo notamos la diferencia entre las prisiones castellanas, que básicamente son un aparcamiento de personas, y las catalanas, que trabajan la reinserción con intensidad. Otra cosa es la relación con los presos castellanos, con los que estuvimos muy bien: salimos con aplausos de la cárcel de Estremera.
¿Recibieron cartas de mallorquines?
— Muchísimas. Después de Catalunya, de dónde recibimos más cartas, con mucha diferencia, es de Mallorca, 300 o 400 como mínimo. De muchísima gente, de Ciutat y de la Part Forana, de organizaciones y de particulares. Venimos a agradecérselo.
Punto de vista
Presentación en Can Alcover
Can Alcover acogió en la noche de este jueves la presentación de su libro 1 dia d’octubre i 2 poemes.
Acompañaron al autor Damià Calvet, que también ha sido conseller de la Generalitat catalana, y Josep de Luis, presidente de la Obra Cultural Balear.