El grupo parlamentario de Ciudadanos (Cs) se reunirá la próxima semana para votar la expulsión de Maxo Benalal –así lo anunció este miércoles la coordinadora del partido, Patricia Guasp– pero el diputado ibicenco no renunciará al escaño e impedirá que corra la lista.
«Quien ha cambiado es el partido y no yo; por eso seguiré defendiendo los intereses de quienes me eligieron», dijo el diputado a este diario.
Benalal, lideró en mayo el intento de remover a Guasp como portavoz, y fue expulsado del partido aunque todavía no ha sido apartado del grupo parlamentario. Sí perderá su condición de secretario segundo de la Mesa ya que el reglamento de la Cámara prevé que dejar de pertenecer a su grupo parlamentario es causa de cese. Es lo que ocurrió cuando Xelo Huertas (Podemos) fue apartada de la presidencia del Parlament en la anterior legislatura.
La decisión de reunir al grupo parlamentario para expulsar al diputado Benalal fue una de las que se tomaron en la primera reunión del curso político que celebró ayer la dirección autonómica. Cs logró cinco escaños en 2019 y ahora se quedará con cuatro, salvo sorpresas.
«Partido decisivo» en 2023
Cs celebrará una convención política a finales de noviembre. Guasp dijo que su partido tiene «un plan de acción con objetivos y acciones concretas» que le harán afianzarse como «partido alternativo» a los gobiernos actuales y ser «decisivos en 2023». Precisó que frente a «propuestas populares y populistas», la estrategia liberal que le define, les permite «ser firmes en la crítica, cuando hacer falta» y dar alternativas.
Cs enmendará la Llei d'Educació, planteará propuestas para cambiar el sistema de financiación –lo que no han conseguido, dijo, ni PP ni PSOE– e incidirá en un mayor control de los fondos europeos. Advirtió de que no dejará que el Govern los utilice para financiar proyectos con fines electoralistas.