La noche del 23 de noviembre de 2020, Dominicque Antoinette Boadilla, con 13 años, se retiró a su dormitorio sin dar explicación a sus padres y a sus dos hermanos. Ese día estaba más triste de lo normal. Cenó sola, en su cuarto, con la luz tenue de la luna. La casa se quedó en silencio hasta que el padre de Dominicque se levantó del sofá para irse a dormir. Desde el pasillo, observó la habitación. Todo estaba a oscuras pero la ventana abierta. Cuando encendió el interruptor, se percató de que no estaba en la cama. Era un segundo piso y Dominicque Antoinette se había precipitado para poner fin a su vida.
Esta fue la manera en que la joven, Tonet como se la llama familiarmente, quiso contar al mundo que era víctima de acoso escolar. Pasó un mes ingresada en el Hospital Son Espases con un cuadro médico muy grave. Un milagro hizo que se recuperara sin secuelas, narra su madre, Alicia Boadilla. Su hija se enfrenta ahora al regreso al aula donde sufrió bullying desde 2019.
Tonet nació con un problema de sordera y su centro escolar, concertado y ubicado en Palma, es uno de los pocos especializados en discapacidad auditiva. Según la madre, los docentes le advirtieron de la gravedad de no llevar a la menor a clase a partir de septiembre. La familia denunciará a este colegio y al IB-Salut por la falta de actuación y a tres alumnas como presuntas autoras.
Cartas
Durante 2019 y 2020, Tonet escribió diversas cartas personales donde explicaba lo que sentía cuando sufría acoso escolar. En algunos escritos ha llegado a avisar, y a pedir perdón, a su familia y amigos por querer acabar con su vida. «Lo siento, no soy perfecta / lo siento, me corto / lo siento, quiero rendirme», reza en una parte de sus escritos.
«Mi hija guardaba las notas en su escritorio. Cuando las encontré, le pregunté que por qué había escrito esto y qué le pasaba en el colegio. Ella nunca me quiso contar nada. Las presenté a los profesores y ellos me propusieron un psicólogo. Al final no tuvo ninguna sesión porque no había especialistas en lengua de signos», explica la madre, y asegura que «ella no quiere volver a ese centro, pero no nos dan otra opción, tampoco desde la Conselleria d'Educació. Ahora que empieza su hermano pequeño, veremos cómo evoluciona».
Alicia Boadilla mantuvo diversas conversaciones con el equipo docente tras varios episodios extraños de la menor, que en dos ocasiones llegaron a poner en peligro su vida. En la primera reunión, los docentes advirtieron a la mujer del estado de tristeza de la niña. Tonet llegó a un punto en que no se quería despertar para ir al colegio. «Pensaba que sería lo típico de un adolescente, pero cuando descubrí las notas empecé a preocuparme».
Cortes y hospital
Ocurrió el 22 de octubre de 2020. Los profesores llamaron a la ambulancia tras encontrar a Tonet desmayada en el baño del colegio con cortes en la muñeca. Estuvo ingresada en el hospital, pero tras este primer suceso la joven confesó el origen. «Mi hija dijo que recibía mensajes amenazantes por redes sociales de algún compañero. Le decía que la mataría si contaba algo a sus padres», rememora Alicia. También declaró que le estiraban del pelo.
Tonet ha llegado a compartir en algunas plataformas una imagen de los niños de su clase señalando a tres compañeras y con un breve escrito en el que decía fuck ESO 2 («que le den a 2º de la ESO»). Sin embargo, este no es el único mensaje de odio y desesperación de la menor hacia sus compañeros.Ya en el curso 2019-20 escribió en una carta acontecimientos de bullying e insultos de su clase de Primero. Aunque la familia de Antoinette ha sido consciente desde entonces del carácter apagado y solitario de su hija, Alicia confiesa que ha sido complicado comunicar esta actitud desde el primer momento al centro por el estado de alarma y el confinamiento.
En noviembre ocurrió el otro acontecimiento. Alicia recuerda que días antes de que se precipitara su hija tenía una actitud de soledad. No comía con la familia y tampoco salía con ellos a comprar. La caída no le ha provocado lesiones cerebrales, a pesar de que los médicos diagnosticaron daños mayores, pero sí manchas en la piel derivadas de algún medicamento.
«Antoinette es una niña muy divertida y deportista. Hace natación desde pequeña. Siempre me hace reír y mantiene una muy buena relación con sus hermanos. Creo que el hecho de que en el curso pasado se fuera su hermana a estudiar a Barcelona, y que además su abuelo [mi padre] regresara a Filipinas, nuestro país de origen, ha tenido un gran impacto sobre ella, que coincide con el acoso que sufrió», expresa Alicia en voz baja.
Concepción Lorente, presidenta de la Asociación Sin Acoso Escolar Mallorca, ha ayudado a la familia desde que conocieron este caso de bullying. Alicia ha estado muy pendiente de su hija todo este tiempo, y teme que estos episodios vuelvan a repetirse. Ha pedido al colegio que la separen del grupo –hasta ahora intercalaba sus clases con niños sin necesidades y con alumnos sordos–. «La vida de una niña pende de un hilo y el centro no se ha preocupado», critica Concepción.
Tres denuncias: contra el colegio, tres alumnas y el IB-Salut
La familia denunciará al centro educativo, a las tres presuntas compañeras que acosaban a Tonet y al IB-Salut, después de que un juzgado decidiera que la investigación policial no aportaba indicios suficientes para considerar este caso de ‘bullying'. El abogado Miguel López Bortón ha reunido toda la documentación e imágenes para constatar que Tonet fue víctima de acoso escolar.
Cartas. Durante 2019 y 2020, la joven escribió cartas y en algunas pedía perdón por lo que quería hacer. Arriba a la izquierda se lee:«Nadie para de insultarme /lo siento pero el colegio no». A la derecha escribió:«Lo siento, no soy perfecta / lo siento, me corto /lo siento, quiero rendirme / lo siento, quiero morir / lo siento, quiero matarme / lo siento, escondo mis emociones / lo siento, miento y digo que estoy bien». A la izquierda:«Querida familia y amigos, lo siento. No puedo hablar. Os quiero! Mi corazón está roto, mis no amigos, mi suicidio, mi no colegio».