Las personas no vacunadas tienen 400 veces más posibilidades de morir de COVID-19, según pone de manifiesto el especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, en base a diferentes estudios científicos. «De no ser por la vacunación, la quinta ola hubiera sido una masacre, sin duda alguna», sostiene el especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva.
Además, destaca que los no inoculados tienen 90 veces más posibilidades de entrar en la UCI si se contagian de coronavirus; 30 veces más de tener que ser hospitalizados en planta; y 17 veces más posibilidades de contagiarse. «Sin vacuna estaríamos en el doble de casos en UCI», añade.
Por ello, considera fundamental vacunarse contra la COVID-19, aunque reconoce que «las vacunas no tienen una eficiencia del 100 %. Eso permite que personas con pauta completa se contagien, y a todos nos resultan llamativos aquellos casos de personas vacunadas que se contagian».
En este sentido, argumenta que «las vacunas no fallan. Cuando un estudio indica que una vacuna tiene una eficiencia del 86 % para prevenir el contagio, por ejemplo, nos indica que comparando los contagiados entre vacunados y no vacunados se comprueba que en los primeros el número de contagiados se ha reducido en un 86 %. Es decir, si entre los no vacunados se contagian 100 personas, entre los vacunados lo hacen 14 personas.
March asegura que «las vacunas son muy eficaces por lo que todos debemos vacunarnos cuanto antes y debemos incentivarlo, poniendo el foco en las diferencias positivas que conlleva la vacunación».
En este sentido, defiende que «las vacunas COVID-19 continúan siendo notablemente efectivas para reducir el riesgo de enfermedad grave, hospitalización y muerte, incluso contra la variante Delta de amplia circulación». No obstante, reconoce que «muchas vacunas están asociadas con una reducción de la protección con el tiempo, y reconociendo que podrían ser necesarias dosis adicionales de vacunas para brindar una protección duradera».
En este punto, destaca que «los datos disponibles dejan muy claro que la protección contra la infección por SARS-CoV-2 comienza a disminuir con el tiempo después de las dosis iniciales de vacunación, y en asociación con el predominio de la variante Delta, estamos comenzando a ver evidencia de una protección reducida contra la infección leve y enfermedad moderada».
El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva advierte que «la protección actual contra las enfermedades graves, la hospitalización y la muerte podría disminuir en los próximos meses, especialmente entre aquellos que están en mayor riesgo o fueron vacunados durante las primeras fases del lanzamiento de la vacunación. Por esa razón, puede ser que necesitemos una dosis de refuerzo para maximizar la protección inducida por la vacuna y prolongar su durabilidad».