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Asfixiados por el calor infernal

Los ciudadanos combaten las temperaturas con remedios de toda la vida: ventiladores, agua fresca y evitar las horas críticas

Maria Horrach, Joana Sureda y Maria Sureda en Consell. | Lola Olmo

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Cerrar las persianas y correr las cortinas, encender el ventilador y poner la tele, meter el agua dentro del congelador para que esté más fría, no salir a la calle hasta después de las siete de la tarde... En algunos puntos de Mallorca se rozaron ayer los 40 grados. La masa de aire africano está sobre el Archipiélago y el calor no solo aprieta sino que molesta, impide trabajar, incluso pone de mal humor. La gente, lógicamente, busca fórmulas para ponerse a resguardo. Este periódico salió este jueves a la calle y así nos lo contaron.

Alejandro Vich.

Alejandro Vich, de Palma, explicaba que cuando peor lo pasa es por la noche. «Me levanto por el calor y estoy casi ‘chorreando'. Además, las sábanas y la almohada están mojadas. Luego es difícil volver a dormirse, es un problema». Explica que la semana pasada estuvo en Sevilla y que no estuvo tan mal. «Sí que hace calor, pero era seco, no sudaba, incluso podía ir con pantalones largos».

Angelina Ruiz, una vecina de Son Oliva, también evoca la Península. «Nací en Molina de Aragón, en Teruel, y ayer estaban a catorce grados. Este invierno alcanzaron los 25 grados negativos. Este calor es muy difícil de aguantar», se lamenta, y explica que come menos de lo habitual.

Angelina Ruiz.

Tomeu Dols y Engràcia Musquera hablan en una mesa de un bar de Son Costa. Él explica que combate la canícula duchándose a menudo y que aprovecha para comer sandía y melón, «que están riquísimos y refrescan». Ella duerme con dos ventiladores en marcha. De día, lleva una botella de agua con un enorme cubito en su interior y de tanto en tanto va dando sorbos.

Engràcia Musquera.

Catalina Galmés, Margalida Servera y Miquela Fullana salieron ayer a pasear por el mercado de Sant Llorenç a pesar del calor «que es insoportable». Ellas calman la sed con un palo amb sifón y, aunque prefieren el invierno, estas vecinas explicaron que «nos lo pasamos muy bien. A pesar de las altas temperaturas aprovechamos el día de mercado para comprarnos algún vestido fresquito y pasear».

En Inca y Consell ayer también era día de mercado. Los vecinos de Consell se refugiaron bajo las sombrillas de los bares o bajo los toldos de los puestos de fruta y verdura. Los abanicos y refrescos o agua fueron los protagonistas de la mañana y todas las conversaciones giraban entorno al calor sofocante.

Catalina Galmés, Margalida Servera y Miquela Fullana, en Sant Llorenç.

Algunos también aprovechaban para compartir los «trucos» que inventan para combatir el calor durante las noches: «De día tengo todas las persianas y ventanales cerrados a cal y canto para que no entre el aire caliente, y de noche, todo abierto y ventilador o aire acondicionado puestos», apuntaban.

En Inca las ventas cayeron ayer un 50 % bajo un termómetro que marcó hasta 41 grados en su punta máxima. Por no venderse, ni siquiera se vendían apenas abanicos ni sombreros. Bernat Mora, de la Floristería Jardinería Can Murtó, trataba de soportar la jornada con la ayuda de un pai pai. «Es horroroso y no solo por el calor que pasamos nosotros, sino porque las plantas no aguantan estas temperaturas», dijo.

Kim Nicholson, una turista británica, visitó ayer el Dijous y la compra del día fue un abanico para su hija Betsy. «Estamos alojados en Santa Ponça y hemos venido a propósito, por segunda vez en nuestra vida», dijo.

En Montuïri casi no se veía gente por las calles y la poca que había andaba rápido hacía las casas o comercios para resguardarse de las altas temperaturas. En Manacor, el trajín diario del centro también se vio reducido y en las terrazas solo se ocupaban las mesas situadas en la sombra. Las cervezas frías o los cafés con hielo eran las bebidas más demandadas.

Las altas temperaturas ya provocaron el miércoles que un hombre padeciera un golpe de calor en Llucmajor. El suceso ocurrió en la carretera que une Llucmajor y el polígono industrial y el varón tuvo que ser atendido por Protección Civil, Policía Local y una ambulancia.

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