Lo explicaba a principios de semana el portavoz del Govern, Iago Negueruela, como una de las medidas que hay sobre la mesa para controlar el avance de la pandemia, Baleares ha solicitado permiso para usar el pasaporte COVID como garantía de acceso a eventos de gran capacidad. De momento se mantiene a la espera de la respuesta del Ministerio pero la intención es aplicarlo, en un principio, en acontecimientos ligados al deporte, la cultura o el ocio.
Galicia es la primera comunidad que se ha avanzado en este aspecto y ha ido un paso más allá. Junto con las restricciones aprobadas esta semana en la comunidad, pedirá a partir del sábado que en los municipios donde el nivel de alerta por pandemia sea máximo, se necesite o bien este certificado digital, o una prueba negativa, o acreditar haber superado la enfermedad para entrar en los interiores de la restauración.
Sin embargo el Ministerio de Sanidad no lo ve tan claro. Su titular Carolina Darias salió al paso de este anuncio para incidir en que el certificado COVID digital tiene su propia base jurídica y legal avalada por los principales órganos comunitarios como son el Consejo, la Comisión y el Parlamento.
En Balears ya hay 102.299 personas que tienen en su poder un pasaporte COVID, pensado originariamente para la libre movilidad entre los países de Europa y cuyo uso se ha querido extender a otros ámbitos. De estos residentes, 100.873 lo habrían solicitado por vacunación, esto es el 14 % de las 707.601 personas que han recibido al menos una dosis en el Archipiélago.
Por otra parte, Salut informó de que en caso de haber pedido el certificado digital por correo postal hace más de 15 días y que no se haya recibido, se puede acudir a uno de los puntos de recogida presencial habilitados, sin cita previa, y se le hará una entrega inmediata. A nivel estatal, la cifra de solicitudes aumenta. Según la ministra Darias, más de nueve millones de españoles se han hecho con este documento, lo que son cerca del 40 % de los vacunados. Hasta el momento, también explicó, lo han utilizado 280.000 viajeros para desplazarse.
En Europa
El hecho de ampliar su uso no es una iniciativa nueva. En Francia, desde el miércoles pasado, se está vetando buena parte del ocio a la población no vacunada como una manera de incentivar la campaña. En el país vecino, como pide ahora Balears, no se puede entrar en los eventos culturales (cines y museos incluidos), o deportivos, con un aforo de más de 50 personas, si no es con el pasaporte COVID o una prueba negativa de diagnóstico realizada con 48 horas de antelación. De hecho, a los pies de la torre Eiffel se ha instalado una carpa donde se ofrecen test de antígenos.
Además, la idea es ampliar esta obligatoriedad el próximo mes de agosto para acceder a los transportes de largo recorrido, los centros comerciales y sí, también la restauración como ya se ha hecho en Galicia.
Según avanzó la agencia Efe, el Gobierno de Italia prevé una actuación similar para frenar el avance de la pandemia y también ultima sus planes sobre nuevos usos del pasaporte sanitario más allá de los desplazamientos.