Una espectacular bola de fuego sobrevoló la noche de este jueves Mallorca. Una roca procedente de un asteroide entró en la atmósfera terrestre a más de 50.000 kilómetros por hora, pasadas las dos de la madrugada.
El bólido iluminó el cielo mallorquín y se desintegró en altura, sin producir meteoritos, en unos pocos segundos. El fenómeno fue grabado por los detectores que la Red de Investigación Bólidos y Meteoritos (SPMN) y los observadores Chus Palomeque y Leto Orduña de la Agrupació Astronòmica d'Eivissa.
Se denomina bólido o bola de fuego a las estrellas fugaces más luminosas, aquellas que igualan o superan el planeta Venus (magnitud de brillo -4 o inferior), este en concreto tenía una magnitud absoluta de -9±1. Estos fenómenos son producidos cuando una roca de origen interplanetario penetra en la atmósfera terrestre a velocidades comprendidas entre 11 y 73 km/s. Suelen ser rocas desprendidas de asteroides, cometas o, más raramente, de la Luna o Marte.
Concretamente, el origen de esta bola de fuego se halla en las Alfa Capricórnidas, que se originan con el rastro de polvo que deja el cometa 196P/NEAT. La aparición de esta lluvia de meteoros suele ser entre el tres de julio y el quince de agosto. Su máximo es el 30 de julio, cuando se pueden llegar a ver más de cuatro meteoros por hora.
La Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos ha anotado la observación de este potente bólido, cuyo nombre de catálogo es SPM220721, en varios puntos del país: Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Catalunya, Comunitat Valenciana, Illes Balears y Región de Murcia.
La tarea científica y divulgadora de esta Red es fundamental para monitorizar el paso de bólidos por nuestros cielos. En su web ofrecen un listado de los principales bólidos, que se mantiene actualizado por el doctor Josep Maria Trigo, científico titular e I.P. del Grupo de Meteoritos, Cuerpos Menores y Ciencias Planetarias del Instituto de Ciencias del Espacio en base a los registros recibidos de los diferentes nodos.
El pasado 24 de febrero notificaron el vuelo de una bola de fuego entre Deià y Sóller. En concreto, las 30 estaciones operativas que se mantienen a lo largo y ancho del país detectan unos 500 bólidos cada año; de este modo solo hacen constar en el listado los bólidos más luminosos y representativos.