Francisca Caldentey (Palma, 1965) inició su andadura profesional en el sector del comercio, en concreto en un negocio turístico durante cuatro años. En 1992, fue nombrada administradora única de Autocares Caldentey, y lleva ya más de 28 años dirigiendo el rumbo de la empresa familiar, tanto en el transporte regular como en el discrecional y escolar. Afronta con ilusión el cargo de presidenta, en el que sustituye a Rafael Nadal, ya que conoce a la perfección este sector y los problemas a los que tiene que hacer frente. La pandemia ha trastocado todas las estrategias empresariales de este sector vital, pero afirma que la apuesta de la Administración por potenciar el transporte público es loable y beneficiará a residentes y turistas en Mallorca. «Es una cuestión de imagen como destino vacacional», afirma.
¿El sector del transporte es uno de los sectores más afectados en esta pandemia?
— Estamos hablando de un sector que es muy movido tanto en el rema regular como discrecional y escolar, porque está muy ligado a cómo vaya y evolucione la economía. La COVID ha supuesto un frenazo y parón tremendo en las empresas del discrecional, que ahora comienza a operar de forma incipiente.
¿En qué situación se encuentran las empresas del transporte?
— El sector del transporte regular y discrecional son muy diferentes. En el regular tenemos un contrato firmado con la Administración, que nos obliga a unos servicios diarios y esto nos da cierta tranquilidad. El servicio regular del Aerotib en el aeropuerto se ha iniciado más tarde por la pandemia. Todo lo que está pasando nos afecta.
¿Cómo están operando las tres líneas regulares en Mallorca?
— De enero a junio hay autobuses que van vacíos y otros que van llenos. La línea 501, que va de Manacor a Felanitx, Campos, Llucmajor y Palma, este servicio se ha tenido que incrementar reforzándolo con servicios exprés. Otras líneas con ocupaciones buenas desde enero han sido las de Cala Millor-Manacor-Palma, así como las de Cala Rajada-Manacor o la ruta Cala Pi-Palma. Por el contrario, hay otras que no tienen casi pasajeros, como es la de Calas de Mallorca-Son Macià-Manacor. En cuanto a la previsión de movimiento de pasajeros por parte de las empresas estamos en el 65 % de lo que estaba programado en el estudio de mercado.
¿Hay que mantener el servicio público pese a que sea deficitario?
— El servicio público de transporte regular se tiene que dar porque es necesario y hay que mantenerlo, sí o sí, por lo que supone de conectividad entre las poblaciones. El Govern hizo una gran apuesta en un cambio, tanto a nivel de flota como de servicios y frecuencias, con el objetivo de consolidar este transporte y llegar a la cifra de pasajeros prevista y mejorarla.
¿Hay que buscar una movilidad sostenible?
— Es el objetivo final, ya que hay que buscar una movilidad sostenible para que la gente deje el coche en su casa y use el transporte público. Para ello hay que dar a entender que ofrecemos buenos precios, muchas frecuencias y que el servicio que se ofrece es ágil eficaz. Esta evolución tiene que ser gradual a medida que la gente se vaya concienciando de lo que es y representa en materia de movilidad este servicio público de transporte en Mallorca.
¿Considera que se puede consolidar este servicio?
— Pienso que sí, porque ahora hay líneas de transporte que no existían antes. Antes era conectar los pueblos con Palma, mientras que ahora se trata de conectar los pueblos y que la red de transporte sea más transversal.
¿El servicio TIB es utilizado por los turistas cuando lo conocen?
— Muchos de los turistas que lleguen a Mallorca lo utilizan porque están acostumbrados en sus países a coger este tipo de transporte. Y esto irá a más en la Isla. Tener un buen transporte público beneficia a la imagen de Mallorca.
¿Cómo valora la apuesta de las empresas por la renovación de flotas?
— Cada empresa ha elegido la flota y el combustible a utilizar, pero todas ellas han apostado por un transporte sostenible menos contaminante. Aquí, el uso del gas ha supuesto un cambio transcendental, pero necesitamos más gasineras distribuidas por toda la Isla. Cada operador tiene sus propias gasineras para abastecerse y la Administración está encima de esta cuestión. Las tres empresas que realizamos las rutas adjudicadas por el Consorcio de Transportes de Mallorca sumamos un total de 200 autobuses, todos ellos nuevos y de última generación. Se puede decir que Mallorca cuenta con una de las flotas más modernas de transporte público de toda España.
Su empresa también aborda el transporte discrecional. ¿Cómo va la temporada?
— La COVID nos ha afectado, porque tenemos el 50 % de nuestra flota parada. Todo depende de cómo evolucione el turismo. Se trabaja con muchas incertidumbres.
¿Qué inversión ha supuesto a las concesionarios de las rutas regulares la renovación de flota?
— Los 200 autocares que sumamos las tres empresas han supuesto una inversión de unos 61 millones de euros. Todo esto se tiene que amortizar.
¿Cuál es nivel de satisfacción de los pasajeros en las nuevas rutas?
— Los comentarios son muy positivos, porque los pasajeros se benefician de una flota nueva, con más frecuencias, horarios, información y rutas de conexión. El cambio ha sido drástico. Y ha sido drástico porque el incremento de frecuencias del nuevo servicio de transporte regular en Mallorca ha sido del 40 % respecto a lo que había antes. Esto tiene un claro impacto positivo entre los usuarios y en la mejora de imagen de este servicio público.