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Adiós al gran símbolo del ocio en el Paseo Marítimo

Imagen de archivo de la discoteca Victoria, en los bajos del hotel del mismo nombre. | Teresa Ayuga

| Palma |

Con Tito's desaparece un enclave que a lo largo de décadas fue el escenario del ocio y la diversión de la Palma nocturna. En los anales de la historia de Palma quedarán los nombres del Club de Mar, el local más selecto y exclusivo en la década de los 70 y los 80. Lo dirigió Pepe Oliver. Tenía un portentoso portero, René. Allí pasaron veladas don Juan Carlos y sus amistades mallorquinas. Ahora combina sus terrazas al puerto con un night club a la última.

El Victoria, en los bajos de la piscina del hotel con el mismo nombre, fue otro emblema de la noche. Pascual Monreal alquiló el local a la Cadena Sol. Pep Sans fue durante muchos años su incombustible relaciones públicas, y Julià su portero. Bartolomé Cursach alquiló al Obispado los bajos de Natzaret.

La discoteca del Club de Mar era visitada por la realeza.

Allí montó Luna, que después se llamaría Pachá. A diferencia del Club de Mar y Victoria, este local se dirigió a una clientela más joven, al igual que El Exágono, que sin embargo nunca llegó a cuajar como sus competidoras. No a pie del Paseo Marítimo, pero sí con sus impresionantes vistas, en es Jonquet hubo locales emblemáticos de baile. La historia empezó en la década de los 60 con Jack el Negro, a la que siguieron otros locales emblemáticos como Babel's, Cerebro, Clan o Abraxas, en plena expansión del imperio de Cursach. En uno de los molinos está ahora la discoteca Loly Pop, pero con problemas sanitarios, vecinales y urbanísticos. Cuando se levanten las restricciones también deberían reabrir Social Club, en el antiguo hotel Mediterráneo, y Boulevard, en el hotel Victoria, así como el Zar y El Garito, otros locales de baile y ambiente.

Pachá, antes Luna, fue una sala enfocada a la clientela joven.
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