Un notario mallorquín se sentará esta semana en el banquillo de los acusados donde afronta una petición de condena de hasta cinco años de cárcel acusado de delitos de falsedad y estafa. La Fiscalía le acusa sólo por el primero de estos ilícitos y le reclama una pena de multa y de inhabilitación. Según las acusaciones, el notario permitió que un hombre, también acusado, consiguiera un poder general sobre el patrimonio de su madre y se hiciera, de esta manera, con cerca de 300.000 euros.
Los hechos se remontan al año 2013. Según el ministerio público, el acusado principal se plantó en la notaría junto a una persona no identificada. La presentó como si fuera su madre y consiguió que el notario firmara el poder. El fedatario público no comprobó la identidad de esta persona que ni siquiera llevaba el DNI original sino una fotocopia compulsada. Así, para la Fiscalía, la actuación de este acto supone un delito de falsedad por imprudencia grave, aunque las acusaciones particulares agravan esta calificación y le consideran cooperador necesario de la estafa que siguió.
Con el poder general en la mano, el otro acusado llevó a cabo dos operaciones: en la primera intentó vender una finca de su madre en Orient por 176.000 euros aunque, en este caso, el comprador se dio cuenta de que había sido engañado y que la propietaria real no tenía intención de vender. Más tarde, en otra notaría contrató una hipoteca contra la finca de su madre por valor de 154.000 euros. Cuando la víctima y el resto de los hijos se dieron cuenta presentaron una demanda y consiguieron la nulidad de la carga sobre la finca.