Casi la mitad de las más de 500 personas que han participado en una encuesta de la Oficina Anticorrupció asegura que ha sido víctima o testigo de prácticas corruptas y el 67 por ciento de ellas las denunció. Entre quienes no lo hicieron, la mayoría asegura que fue porque no tenía pruebas o porque desconfía de las instituciones.
Se trata de una encuesta presentada este jueves por el directo de la Oficina, Jaime Far, y el catedrático Andreu Sansó. El 54,4 por ciento de las personas consultadas entiende que en Baleares hay un nivel alto o muy alto de corrupción. Far y Sansó aseguraron que esta percepción está vinculada a las noticias reiteradas en los medios de comunicación sobre esta materia. «La realidad es que la corrupción no está tan extendida», ha dicho Far.
La encuesta añade que en los últimos cinco años los encuestados perciben que se ha mantenido el nivel de corrupción de años anteriores, aunque entre el colectivo de funcionarios, el que está más cerca de la realidad política y de la toma de decisiones, la percepción general es que la corrupción ha bajado. Los ciudadanos encuestados no creen de forma mayoritaria que la corrupción vaya a bajar de forma ostensible en los próximos cinco años.
En cualquier caso, Far insistió en que se trata de encuesta de percepciones no extrapolables al conjunto de la ciudadanía. Sansó explicó que el sistema de elaboración de la encuesta refleja los datos sobre quienes contestaron, pero no cabe hacer elevación.
La Justicia es el ámbito donde los encuestados creen que se da más corrupción y, por lo que respecta a política, es el ámbito local donde se percibe más corrupción. Los funcionarios, por el contrario, creen que hay más corrupción en la Administración General del Estado.