Los problemas con la empresa que proporciona intérpretes a los juzgados y las vacantes en la plantilla de los que son funcionarios provocan serios problemas en el día a día de la Justicia en las Islas. Sólo esta semana se acumulan dos quejas formales al Ministerio, una de Penal 1 de Palma y otra de la Audiencia Provincial por sendos incidentes. En el más grave, el tribunal tuvo que suspender un juicio por abusos sexuales con una petición de pena encima de la mesa de seis años por la deficiente traducción que hacía la intérprete de inglés enviada por la empresa Seprotec.
Un día antes, en el juzgado de lo Penal 1 se juzgaba un complejo delito económico en el que la víctima era sueca. La empresa envió para traducir a una intérprete danesa que no era capaz de entender lo que decía la víctima. Tuvo que ser sustituida, con la fortuna de que la testigo también hablaba italiano y se había convocado a una intérprete de ese idioma para el mismo proceso por otro de los declarantes. Así se salvó el juicio de la suspensión. En el caso de la Audiencia, el tribunal y la defensa del acusado, un ciudadano británico, percibieron errores claros en la traducción. No son dos casos aislados.
Los juzgados disponen de una plantilla propia de traductores e intérpretes que se ha visto muy deteriorada en los últimos años. Para toda Balears debería haber ocho y, ahora mismo sólo quedan cuatro en Palma. Esta carencia se suple con este servicio externo que recurre a personas que, muchas veces, carecen de preparación o de especialización para intervenir en un juicio.
Un «importante déficit», según el Tribunal Superior
La situación de los equipos de interpretación y traducción de los juzgados es mala desde hace años y provoca quejas reiteradas en las memorias del TSJB ante la existencia de un «importante déficit». Ahora mismo, alrededor de la mitad de las plazas de los que hay en las plantillas judiciales están sin cubrir y, esta semana, por ejemplo, sólo había una intérprete de inglés para toda Balears, cuando debería haber tres en plantilla.