«Ahora no es época de gripe, si alguien tiene síntomas gripales como fiebre, dolor muscular o un intenso cansancio que no se junte con la familia, que no se vaya a trabajar, esto ha causado algunos brotes».
El portavoz del comité autonómico de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, insistió en que todos los brotes que se están detectando en Baleares se producen en reuniones familiares o sociales y algunos se originan por gente que ha minimizado sus síntomas. «Hay que volver a dar importancia a la enfermedad. Aunque los números son mejores, el virus no ha desaparecido». Balears notificó ayer 51 nuevos contagios de COVID-19 de los que 38 eran en Mallorca. La situación sigue estable en todas las Islas excepto en Menorca que sube y seguirá subiendo en un futuro próximo a causa de tres brotes que se dan por muy localizados y por lo tanto no revierten de peligro.
Por otra parte, en estos momentos hay 58 personas ingresadas en los hospitales, 38 en planta y 20 siguen en estado críticos en una unidad de cuidados intensivos.
Ayer además, el contador de personas fallecidas por la pandemia en Balears sumó cinco nuevas víctimas que murieron en febrero y marzo y estaban pendientes de estudio. La COVID-19 se ha cobrado la vida de 799 personas en las Islas y a intención es no sumar a nadie más de ahí que se mantengan unas fuertes restricciones. «Cuando hablábamos de una lenta desescalada era esto, no debería sorprender a nadie, y durará hasta que buena parte de la población esté vacunada», concluyó Arranz.