La cadena hotelera Meliá trabaja ya en China con ocupaciones del 68-70 %, que llegan al 100 % durante la semana laboral en los seis hoteles que tiene operativos y observa que se recuperan las ratios de rentabilidad porque la demanda de ocio y turismo es muy elevada.
Meliá acaba de anunciar la firma de su tercer hotel en Xian, el principal epicentro económico en el noroeste del país además de un importante foco cultural y turístico. Bajo la enseña Innside by Meliá, y operado mediante un contrato de gestión, abrirá este establecimiento en 2025 en el nuevo distrito de Qujiang.
El director general de los hoteles de la cadena mallorquina en China, Bernardo Cabot, ha explicado a Efe que la economía china está funcionando a pleno rendimiento gracias al mercado doméstico, con 1.400 millones de habitantes, de manera que sus hoteles ingresan ya lo mismo que facturaban en los mismos meses de 2019, antes de la pandemia.
Este proceso podría darse en el mercado español y europeo en los próximos meses, en función de los avances en el ritmo de vacunación, si se repite el patrón que se ha dado en China, que va medio año por delante. Allí se está produciendo lo que Cabot llama «los viajes en venganza», que da salida a la demanda embalsada durante tantos meses.
El sector hotelero en China, con aviones y trenes abarrotados y la demanda disparada, puede vivir de un mercado tan potente como ese, sin ninguna dependencia del turismo extranjero. Antes de la pandemia, entre 175 y 200 millones de ciudadanos viajaban al extranjero y ahora han optado por redescubrir el país.
El dato más esperanzador para el sector, dice Cabot, es la subida del precio medio y, por tanto, del RevPar (ingreso por habitación disponible), el mejor indicador de la rentabilidad del negocio.
Mientras, en Europa y en España el sector hotelero se ve obligado a tirar los precios para captar la poca demanda que circula, tal como recogen mes a mes los datos del indicador de precios del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Además de los seis hoteles operativos, Meliá tiene otros seis más en proyecto y planea abrir entre cinco y ocho nuevos establecimientos por año, introducir la mayoría de las marcas de su portafolio, y consolidar la relación con sus socios en el país, donde funcionan con contratos de gestión.
Para el conjunto del mercado chino y el sudeste asiático, donde cuentan con 54 hoteles entre operativos y proyectados, son cruciales los mercados de Indonesia, Malasia, y Vietnam, a distancias entre 3 y 5 horas de China.
A pesar de que en el sudeste asiático la ocupación es algo menor porque dependen en mayor media del turismo internacional, tienen todos los hoteles abiertos salvo dos en Vietman, en los que han aprovechado el momento para hacer reformas integrales.
La clave del éxito chino, que incluso en 2020 registró crecimiento en su PIB, y especialmente en el turismo, es un mercado doméstico tan grande que permite dinamizar la economía del país aun manteniendo cerradas las fronteras; un liderazgo claro y alineado en la consecución de los objetivos, y la tecnología, ya que desde el inicio de la pandemia fue fundamental la gestión de códigos QR personales indicando el estado de salud.
La experiencia de estos meses está mostrando los cambios en los modos de viajar: el periodo de reserva es ahora mucho más corto, de forma que comienza el mes con muy reducida ocupación y termina con una media muy alta; el mercado dominante es doméstico; priman los viajes en familia, en vehículo y de corto radio; crece la demanda de naturaleza y bienestar, y se ha acelerado la digitalización de la gestión del viaje.
Actualmente el peso fundamental de la demanda se canaliza a través de las agencias de viaje virtuales (OTA en inglés), especialmente Ctrip, la mayor de China, pero seguido por un fuerte repunte del mercado de viajes de trabajo y de placer y ya estan empezando a ver también demanda en el segmento de congresos y ferias (MICE), afirma el directivo de Meliá.