Lorenzo Navarro (Palma, 1971) se afilió en UGT en el 2004 al decidir montar el comité de empresa en su trabajo. Procede de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo y el pasado viernes fue elegido secretario general del sindicato en Balears en sustitución de Alejandro Texías. Es consciente de que coge las riendas en un momento crítico para las Islas y esta semana ya participó en una Mesa de Diálogo Social para adoptar nuevas restricciones. Se estrenó en una reunión en que se acordó cerrar de nuevo el interior de la hostelería.
¿Cómo valora esa primera reunión y las medidas que se adoptaron?
— Soy consciente que se trata de una mala noticia tanto para las empresas como para los trabajadores de la restauración, pero al mismo tiempo es una medida necesaria. Es cierto que hace mucho daño y que, en el caso de los trabajadores, implica entrar de nuevo en ERTE y volver a esperar dos meses para cobrar. Además, se trata de algo que estaba consensuado ya que en la anterior Mesa del Diálogo Social en que se acordó la reapertura de los interiores de bares y restaurantes se acordó que se daría un paso atrás si así lo requería la situación sanitaria. El objetivo es salvar la temporada turística.
¿Se puede permitir Balears otro año sin temporada?
— No, de ninguna manera. Sería una catástrofe. Por esto las medidas que se han tomado son necesarias. Eso sí, siempre hemos reivindicado que deben ir acompañadas de ayudas rápidas y ágiles.
¿Qué supondría a nivel de empleo?
— Una destrucción brutal de puestos de trabajo. Los ERTE se convertirían en ERE y es algo que no nos podemos permitir. Con tantas ayudas públicas que vienen no puede ser que los trabajadores acaben despedidos y encima a bajo coste fruto de la reforma laboral.
¿Hasta cuándo deben prorrogarse los ERTE?
— Deben estar mientras exista esta situación. Este paraguas de protección es una muy buena herramienta y así se ha demostrado. Lo que sí reclamamos es que a partir del 1 de junio las empresas vuelvan a ingresar a los fijos discontinuos, que ahora cobran la prestación extraordinaria, a los ERTE si no se incorporan a sus puestos.
¿Temen que este verano las empresas funcionen con el mínimo de personal?
— Es uno de los temores que tenemos y por ello debemos estar muy pendientes y vigilantes. La gran cantidad de ayudas que se ha articulado también debe repercutir en el empleo y hablar de reactivar economía no significa que en un departamento donde hacen falta cuatro trabajadores se pongan solo a dos.
¿Qué pasará con los trabajadores temporales?
— Es el gran problema. Hace tiempo que reivindicamos que nadie se quede atrás porque los temporales han sido los más perjudicados. Y la temporalidad afecta más a jóvenes y mujeres.
¿Lo tendrán más complicado para firmar un contrato?
— Sin duda.
¿Hay solución a la excesiva temporalidad del mercado laboral?
— Eliminar el exceso de variedad de contratos temporales que existe y apostar más por un mercado laboral estable y fijo, que ayudaría más a recuperar la economía con la reactivación de la demanda interna. Se abusa del contrato temporal y muchos son un fraude. Por eso hay que cambiar la reforma laboral.
¿Cómo valora la petición de aplazar la subida salarial en hostelería, transporte y comercio?
— Tiene que haber subida salarial ya que no nos podemos permitir otro año con congelación. Los incrementos se pactaron en base a años de bonanza. De todos modos, se deberá negociar en las sectoriales.
¿Cuánto puede tardar en recuperar el poder adquisitivo que ha perdido con la pandemia el trabajador?
— Deseando que la actividad de este año llegue a la mitad de la registrada en 2019, el trabajador no se recuperará, al menos, hasta finales del próximo año.