La empresa municipal que gestiona la ORA, el SMAP, asegura que siguió siempre las indicaciones que les dieron los médicos respecto a Noemí, la trabajadora que tuvo que incorporarse con una grave dolencia ósea que prácticamente le impide caminar. «En todo momento se ha adaptado su trabajo a las restricciones propuestas por la vigilancia de salud», indica la sociedad.
El SMAP sostiene que sus responsables de recursos humanos han estado en constante comunicación con la empleada y que se han aplicado los informes médicos que la empresa «está obligada a aplicar». Recuerdan que la Seguridad Social quien denegó la invalidez a la trabajadora que ha tenido distintos periodos de baja. El pasado dos de marzo se incorporó a la empresa tras un periodo de vacaciones y el SMAP aclara que contaban con dos informes médicos que indicaban que podía trabajar: el de la Seguridad Social y el de la médico de vigilancia de salud.
El pasado viernes, según la empresa, el servicio de vigilancia de salud envió un informe que especificaba que la trabajadora era «apta con limitaciones» y especificaba estas. A partir de ahí, se le envió un correo electrónico en el que se le indicaba que se quedara en casa porque actualmente, la empresa no dispone de un lugar de trabajo vacante donde reubicarla.