La primavera, que arrancará el próximo sábado a las 10:37 hora peninsular, se prevé más calurosa de lo normal en todo el país, sobre todo en el este y en las Islas Baleares, y más seca en puntos del noroeste peninsular, tras un invierno de grandes extremos.
El escenario más probable durante la primavera apunta a que «la temperatura media durante abril, mayo y junio se sitúe, al menos, 0,5 grados por encima de lo normal» en la península y Baleares, ha avanzado Beatriz Hervella, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
En rueda de prensa para presentar el avance prediccional de la primavera y un análisis del invierno, la portavoz de la Aemet ha incidido además que, respecto a las precipitaciones, la estación señala modelos con «menos lluvia o más seco de lo habitual» en el noroeste del país y normal en el resto.
Respecto al invierno, Hervella ha explicado que se ha tratado del sexto invierno más cálido y también del sexto invierno más lluvioso del siglo XXI, y ha hecho hincapié en las «8 borrascas de gran impacto que se desarrollaron a lo largo de diciembre, enero y febrero», además de nevadas intensas, tormentas inusuales y de numerosos días con polvo en suspensión.
Durante el acto, la portavoz ha explicado que se ha tratado de un invierno «con grandes cambios de tiempo», pasando de jornadas gélidas a jornadas donde se batieron récords de calor.
Así, en enero se produjeron dos olas de frío, una de las cuales, posterior a la histórica nevada que dejó la borrasca Filomena, se prolongó durante ocho días (11-18 enero), dejando registros incluso inferiores a los 25 grados bajo cero y con varios récords de temperaturas bajas.
Se trató de la segunda ola de frío más importante del siglo XXI por duración e intensidad, tras la registrada en diciembre de 2001, y convirtió a la primera quincena de enero en la segunda más fría de la serie (1961), ha detallado Beatriz Hervella.
Después de este fenómeno, la segunda quincena del mes «fue la más cálida desde 1961, empatada con la de 1966», ha recordado la portavoz, para observar que se superaron numerosos récords de calor para la época, y, así, Alicante alcanzó los 29,8 grados, es decir, la máxima más alta registrada en cualquier mes de enero.
Como dato curioso, cabe destacar que el invierno ha dejado tres récords de temperatura máxima más alta (Alicante, Ibiza y Tortosa); un récord de temperatura máxima más baja (Torrejón-Madrid); un récord de temperatura mínima más alta (Getafe-Madrid) y tres récords absolutos de temperatura mínima (Madrid, Teruel y Toledo).
En cuanto a las precipitaciones, ha sido el sexto invierno más lluvioso del siglo XXI, con 218 litros por metro cuadrado recogidos en toda España, un 11 por ciento por encima de los valores normales para la estación.
Fue húmedo o muy húmedo en el noroeste, centro e interior oriental peninsular, llegando a ser «extremadamente húmedo» en el Cantábrico; por el contrario, fue seco en las regiones mediterráneas de la Península y en Baleares, mientras que en las Canarias se trató de un invierno normal.
En el resto del mundo, la pasada estación también ha resaltado por la sucesión de contrastes térmicos vividos por todo el planeta, especialmente a partir del cambio de año, y en línea con los episodios climáticos vividos en España durante el pasado enero, ha concluido la portavoz.