La paralización en el suministro de la vacuna de AstraZeneca está prevista para 15 días (aunque se podría adelantar), un tiempo en que la Agencia Europea del Medicamento debe investigar y cerciorarse de que su uso no está relacionado con el registro de una treintena de casos de tromboembolias. De mantenerse este periodo, Salut dejará de vacunar a unas 14.000 personas, teniendo en cuenta que se suministran a la semana cerca del 80 % de los envíos que se van recibiendo y que, con el último de hoy, hay cerca de 17.500 dosis paralizadas en las neveras de Baleares.
A estas cifras además habría que añadir la parte proporcional del envío previsto de la semana que viene.
De momento los centros de vacunación masiva se han quedado paralizados a la espera de poder retomar la actividad cuando haya vacunas en cantidad suficiente y se han anulado 3.000 citas ya dadas.
Si la consellera de Salut cifraba el lunes de 41.900 las personas vacunadas en Baleares con AstraZeneca, el IB-Salut corregía el dato y aseguraba que éstas eran las dosis recibidas, de las que en realidad se habrían puesto poco más de 30.000.
A aquellos que se hayan inoculado el inyectable hace menos de 14 días, se les pide que estén pendientes de si tienen dolor de cabeza intenso y persistente asociado a síntomas neurológicos, para acudir al médico. Aún así, «el 98 % de los efectos adversos por la vacuna son leves y están relacionados con dolores musculares o cefaleas que se van en pocas horas», aclaraba ayer el director general de Farmacia, Nacho García Pineda.
Hasta el momento en Balears se han registrado 1.100 efectos secundarios por las vacunas contra la COVID de las que la gran mayoría son de Pfizer, «porque son las que más se ponen». Las notificaciones por AstraZeneca ascienden a 404 de las que, según la conselleria, 392 son leves y 12 consideradas más graves. «Se trata de molestias persistentes con dos o tres días o fiebre», aclaró García Pineda.
En cualquier caso, el IB-Salut habilitó ayer el teléfono 971 211 998 para resolver dudas, responder consultas y ofrecer información sobre la vacuna de AstraZeneca.
De momento la campaña continúa ahora con las personas mayores de 80 años, a quienes se les administra Pfizer y Moderna, tanto en los centros de salud como en Son Dureta (ver gráfico adjunto para ver la situación actual de vacunación por grupos).
«Nuestra capacidad se mantiene íntegra pero fallan las vacunas», añadió el director general de Farmacia quien recordó que en abril la previsión es empezar a recibir monodosis de la recién aprobada vacuna de Janssen.
La decisión de la Agencia Europea del Medicamento que hasta el viernes recomendaba seguir con la vacunación de las dosis de la farmacéutica de Oxford se produjo tras notificar nuevos eventos durante el fin de semana. «Eran más raros, tromboembolia cerebral relacionada con un problema de coagulación, algo muy concreto que ha sido el detonante», explicó el doctor García Pineda.
El Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo (PRAC) que se reúne dos veces esta semana hará un seguimiento exhaustivo y decidirá si retomar o parar la inoculación de vacunas de AstraZeneca. «Y en este punto estamos».