Este martes se cumple un mes sin fallecidos con COVID-19 en las residencias de la tercera edad de Baleares. Según el último informe de epidemiología del Govern, la última defunción notificadas en estos centros de usuarios con coronavirus fue el pasado 16 de febrero.
La pandemia se ha cebado especialmente con la residencias de la tercera edad y la Conselleria de Salut incluso ha tenido que intervenir algunas de ellas en momentos concretos, con la finalidad de frenar los contagios.
La edad avanzada es uno de los principales factores de riesgo de la COVID-19 y desde el inicio de la crisis sanitaria han muerto 259 usuarios de los geriátricos. Se trata del 34,95 % del total.
Este porcentaje era más elevado hace unos meses y llegó a superar el 40 %. Sin embargo, la vacuna contra la COVID-19 ha puesto din a las defunciones en las residencias a causa del citado virus. Los contagios también han sido mínimos desde que se puso en marcha la vacunación; desde el pasado 11 de febrero no se detecta ninguno. En total, se han contagiado 1.327 usuarios de estos centros desde marzo de 2020.
Cabe precisar que en abril de 2020 el número de fallecidos en las residencias (70) fue prácticamente el mismo que fuera (74). En septiembre los óbitos en los geriátricos (45) sí superaron a los producidos fuera (41).
Por este motivo, se decidió priorizar la vacunación entre los usuarios de las residencias de la tercera edad. Desde que comenzó a administrarse durante los últimos días del mes de diciembre, los fallecidos en los geriátricos han ido descendiendo, pese a que fuera sí se han contabilizado bastantes decesos.
El especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, Joan Carles March, asegura que «la vacunación de las personas de residencias ha sido y es fundamental. Sabemos que no hay ningún usuario de residencias de mayores positivo por COVID-19. Y ese es el mayor éxito en una población que ha padecido de forma importantísima esta pandemia. Y no sólo lo han pasado positivamente estas personas mayores sino sus familiares y los trabajadores de las residencias».
March señala que «existe por tanto un descenso en mortalidad y hospitalizaciones entre la población vacunada de residencias. Y el descenso de fallecidos en este grupo de edad más sensible, y ya vacunados, es sencillamente espectacular».
En este sentido, precisa que «comparando la primera ola con la tercera, vemos que en la primera ola, la mayoría de los fallecidos procedían de las residencias, mientras que en la tercera ola, con las personas de las residencias ya vacunadas, la tendencia es justo la contraria. Éste es el gran éxito de la vacunación de las personas en residencias que recobran la normalidad, los contactos con sus familiares y poco a poco la vida anterior».