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Aumentan las adopciones y cae el abandono de mascotas

Los últimos datos contabilizados invitan al optimismo, se ha reducido el abandono de mascotas en un 32,4 % en Palma. | Maria Valencia

| Palma |

España es el país de la UE con mayor porcentaje de abandono y maltrato animal. Según datos de la Fundación Affinity, cada año 306.000 animales de compañía son expulsados de sus hogares. La prohibición del comercio de animales y la concienciación de los dueños de mascotas, así como una rica educación en valores, podrían ser la clave para acabar con esta lacra. Y aunque los perros y gatos son los peor parados, cabe recordar que cada año aumenta el número de abandono de especies exóticas, como roedores, pájaros, tortugas e incluso peces, que son dejados a su suerte en los jardines y estanques de las ciudades. Creando, en algunos casos, poblaciones que dañan los ecosistemas y desplazan a las especies autóctonas, dando origen a un problema que amenaza seriamente nuestra biodiversidad.

Gandhi sostenía que «la grandeza de una nación y su progreso moral se juzgan por la forma en que trata a sus animales». El dirigente político indio, uno de los grandes librepensadores del siglo XX, rompía una lanza a favor del género animal, constatando que también experimentan dolor, ansiedad, alegría y tristeza. Emociones que no son exclusivas de nuestra especie; por ello, defender sus derechos no implica desatender los nuestros, sino todo lo contrario.

La pandemia

El estallido de la pandemia ha disparado las cifras de abandono y maltrato animal a nivel nacional, según se desprende de una encuesta realizada por el Instituto de Políticas Públicas de Protección Animal (IPPPA) a más de 120 protectoras. Casi la mitad, el 45 %, considera que existen más casos de crueldad desde que la crisis sanitaria impuso el ‘nuevo orden' social. Esta cifra se desmarca de la contabilizada en Mallorca, que invita a un moderado optimismo. Según la unidad del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), en Mallorca «no hemos notado un incremento de casos de maltrato o abandono animal». Por su parte, el Àrea de Medi Ambient i Benestar Animal del Ajuntament de Palma arroja un balance más positivo, concluyendo que en Ciutat «se han reducido los abandonos en un 32,4 %».

Gala. Cuando fue rescatada por ADA Mallorca, Gala estaba «psicológicamente destrozada y desnutrida. No sabía lo que era dormir en una cama».

Durante los meses de confinamiento y desescalada, muchas personas se deshicieron de sus mascotas creyendo que estas podían transmitir el coronavirus, mientras que otras lo hicieron porque no las podían mantener. No obstante, hubo un repunte en las adopciones, aunque un gran número se debió más al efecto ‘salvoconducto', para salir a la calle con la excusa de pasear al animal, que al compromiso sincero de adopción. En este punto, resulta clave la intervención de las organizaciones responsables de entregar al animal en adopción. «Estudiamos detenidamente cada caso y no entregamos el animal si no estamos seguros de que va a ir a parar a buenas manos», expresa Tonina Bordoi, de la Protectora de Animales y Plantas de Mallorca. Quien, contradiciendo la tendencia al alza de abandonos que sacude a la Península, avisa que en los últimos meses «en Mallorca ha crecido el número de adopción de gatos».

Psicología

En cualquier caso, la pregunta a la que debemos hacer frente como sociedad es la de qué impulsa a una persona a infligir maltrato y/o abandonar a su mascota. Y no debería servir como excusa el enrarecido contexto socio-económico en el que nos hallamos inmersos. En opinión de Javier Torres, decano del Col.legi Oficial de Psicologia de les Illes Balears, «cuando la persona actúa en contra de la vida del animal, podemos estar ante un trastorno de conducta que la mayoría de las veces viene acompañado de una personalidad antisocial. Hay quien disfruta infligiendo dolor. Y eso está relacionado con la psicopatía y la agresividad. Habla mucho de su percepción del control, de sentirse superior, pero lo que en realidad esconde es un sentimiento de inferioridad impresionante», subraya. La siguiente pregunta que cabe formularse es la de cómo podemos prevenir el maltrato y/o abandono del animal. «La prevención debe iniciarse desde la infancia, inculcando el respeto hacia los animales, no tratándolos como un mero objeto», añade Torres.

Sus palabras sirven como herramienta de concienciación y alertan sobre la necesidad de responsabilizarse de sus vidas, para que en vez de acabar en una protectora, o tirados en una cuneta, las mascotas formen parte esencial de nuestro entorno familiar. No debemos olvidar que más allá de ofrecer afecto y compañía, son un sostén para las personas que presentan alguna discapacidad, además de brindar un oasis de paz y bienestar a quienes han sufrido violencia de género.

Son Reus. Se ha detectado un aumento de adopciones de gatos.

Endurecimiento penal

El avance legislativo en materia de derechos animales es el resultado de la creciente sensibilización social al respecto, lo vemos reflejado en las últimas sentencias judiciales, que imponen penas cada vez más severas a los condenados por este delito. Con todo, en opinión de Penny Kay, presidenta de la Asociación de Defensa de Animales de Mallorca, este endurecimiento es pura fachada, «la mayoría de infractores sigue yéndose de rositas. Es un problema de base, cuesta mucho detectar al infractor, hace falta encontrar gente especial que muestre interés, pero cuesta mucho».

En este sentido se expresa Pedro Llabrés, de Aragó Hospital Veterinari, en Palma: «Está muy bien que aumenten las condenas contra las agresiones a los animales, pero se tienen que detectar, y es muy difícil hacerlo. Si no hay gente que haga cumplir estas normas no sé hasta qué punto sirve de algo. Estoy seguro que por cada caso de maltrato que aparece publicado en el diario, hay veinte más que no salen a la luz», zanja.

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