Coloma Oliver es empresaria autónoma. Tiene una boutique en el centro de Palma, Vestit B. Se muestra rotunda al afirmar que la pandemia le ha cambiado la vida. Entre otras cosas porque además de haber padecido la COVID-19 -que ya ha superado-, contagió a su madre, «quien a su vez contagió a mi hermana y a su marido. Y eso me puso muy mal, saber que por mi culpa se habían contagiado otras personas».
Durante la cuarentena, muchos pensamientos negativos le asaltaron. «Sobre todo, cuando el médico me dijo que la prueba había dado positiva. No sabe lo que una llega a pensar e imaginarse en ese momento. Te pones en lo peor, piensas que te van a meter en una UCI, donde te entubarán… Por fortuna para mí, no ocurrió esto último. Pero tuve que quedarme en casa durante veinte días. Sola y sin hacer nada».
Coloma Oliver sufrió la pérdida de gusto durante la enfermedad. «No me apetecía comer, por lo que durante varios días estuve alimentándome a base de yogures y zumos, lo cual se tradujo en pérdida de peso… que es en lo único que he salido ganando, pues ahora, estéticamente, me siento mejor. Pero por lo demás…»
Al enterarse de que su madre se había contagiado por ella, Coloma lo pasó mal. «Me sentí culpable, me sentí muy mal. Luego pensé en la tienda. ¿Qué va a pasar estando veinte días cerrada…? Perdí dinero, claro, pues un negocio cerrado deja de tener ingresos... Por fortuna para mí en la tienda estoy sola, no tengo nóminas que pagar».
Coloma nunca olvidará el 12 de diciembre de 2020, y no lo hará porque ese día empezó a sentirse mal: «me dolían los músculos, tenía una tos seca, continua… Así que fui a urgencias, me hicieron la prueba y di positivo. Entonces me acordé que el día antes había estado con mi madre, mi hijo, mi nuera y mi nieta… Si yo lo tengo, pensé, seguro que los he contagiado… Solo contagié a mi madre, ¡menos mal! Pero me supo ..muyo mal…».
Afortunadamente, ahora todos están bien, «aunque yo sigo un poco tocada. Me siento floja, apática… Me han dicho que he creado muchos anticuerpos, lo cual hace que me sienta cansada. Un día, a causa de ese cansancio, llamé al hospital, expuse mi estado, me mandaron una ambulancia, me pusieron la mascarilla y pasé todo el día enchufada al oxígeno, para por la noche regresar a casa…».
Reconoce que ha cambiado algunos de sus hábitos. «Antes, aún creyendo en la COVID, pensaba que nunca me contagiaría, por lo que a partir de ahora tomo muchas más precauciones que antes, pues sé que sigue ahí y puede contagiar a cualquiera».
A poco de reabrir la tienda se dio cuenta que el ritmo de trabajo era otro. «Las ventas no eran como antes, sino que habían bajado, lo cual es lógico, pues al no haber fiestas, ni postureos, ni las salidas de antes, la gente se queda más tiempo en casa, por lo cual no necesita comprar ropa. No me ha quedado más remedio que cambiar el stock, sustituyendo las prendas de fiesta por otras más llevaderas, que también son más baratas, pues la gente suele gastar menos que antes, unos porque se han quedado sin trabajo, otros porque están en el ERTE… Lo cierto es que nada es igual».
En cuanto a la actuación de los políticos ante la pandemia, Coloma opina que «su gestión ha sido mala. En cuanto a las ayudas, lo mismo. Ninguna. Y menos a los autónomos. Y no solo eso, sino que además de no ayudar, nos han cobrado la cuota, las basura, los impuestos… Y encima, no han hecho más que cambiar horarios, prohibir, multar, cerrar hostelería, bares, restaurantes, gimnasios… Un desastre. Porque su mala gestión es responsable de que mucha gente se haya ido al paro. Mi hijo, por ejemplo, está en la calle al cerrar el negocio para el que trabajaba, mi nuera, en el ERTE, y como ellos, mucha gente…».
Coloma no sabe qué puede pasar en el futuro. «Desde luego, no será como antes, ya que la vida nos está cambiando en muchos aspectos…». Aunque no convencida del todo, Coloma Oliver se vacunará. «Ante la duda, mejor te la pones. Pero de momento lo de la vacunación en Baleares va un poco lento, ¿no? Va lento como el Gobierno a la hora de reaccionar, que promete cosas que luego no sabe qué hacer para que se cumplan».
Por último, ve «muy importante que el Govern controle rigurosamente todas las entradas de personas, tanto por puertos como por aeropuertos, que son las dos únicas formas de entrar en la islas. Porque si entran sin PCR negativos hay el riesgo de que algunos estén contagiados».