Cuando se gradúe la primera promoción de Médicos de la Facultad de la UIB, lo harán con nociones básicas de cuidados paliativos, todo un hito en esta especialidad que ni siquiera tiene el reconocimiento del Sistema Nacional de Salud.
La de Baleares es una de las pocas universidades que incluyen esta asignatura de forma obligatoria en su plan de estudios, no sólo en España, también en Europa, y justo empezará a impartirse mañana. Se trata de una materia de tres créditos que impartirán cuatro profesores diferentes durante 20 horas de clases teóricas, cuatro de seminarios y cinco de prácticas con equipos de paliativos de diferentes centros sanitarios.
Una de los docentes será Mercè Llagostera, médico y miembro del Centre Coordinador del Programa de Cures Pal·liatives de Balears, que celebra que «cada año saldrán 60 nuevos médicos con nociones básicas».
Y lo aplaude porque «llevamos muchos años haciendo esfuerzos para que se forme en todos los niveles». Llagostera advierte que las personas que se enfrentan al final de la vida deben tratarse «desde otro enfoque, no sólo puede pensarse en la parte clínica».
Para ayudar a un paciente a afrontar esta situación más allá de la enfermedad, los médicos «deben tener en cuenta sus valores, sus prioridades». Los cuidados paliativos están enfocados a mejorar la calidad de vida, «no hay que alargarla ni hay que retrasar la muerte», dice. De ahí que la clave en esta especialidad sea tratar a cada paciente de forma individualizada.
Por ello, en la asignatura se abordarán materias como la comunicación, la resolución de dilemas éticos que pueden ir presentándose o la planificación de las decisiones anticipadas.
En este sentido, Llagostera precisa que «cuidados paliativos no es sedación, ni eutanasia, ni suicidio asistido, hay que dejarlo claro». Se trata, prosigue, de dar una atención multidisciplinar y colaborativa, en la que «evidentemente la enfermera es el actor principal aunque también tiene su espacio el psicólogo o el trabajador social». Este tipo de pacientes deben de enfocarse de forma integral y la parte clínica cobra la misma importancia que la emocional, social o espiritual.
Mercè Llagostera habla en nombre de sus compañeros cuando señala que mañana «es muy emocionante». Asegura que en cada especialista en cuidados paliativos ha llegado a este sector «porque nuestras experiencias vitales nos han llevado aquí» y defiende su papel, y su enseñanza. En 2019, explica, de las 423 facultades de medicina que había en España apenas se encontraron 22 asignaturas relacionadas y sólo en un 10 % de los casos se impartía como una materia obligatoria.