Seguramente, de entre el numeroso grupo de los autónomos, los guías turísticos puede que estén entre los grandes olvidados de esta pandemia. Sí, se está hablando a menudo de lo mal que las cosas están rodando para el turismo, del que forman parte. Pero de ellos, concretamente, muy poco. A su problema, apenas se le está dando visibilidad.
«Hemos sobrevivido hasta...»
El dato nos lo confirma uno de ellos, Miguel Beltrán, con quien estuvimos hablando ayer. «Pues sí, los guías estamos KO, puesto que muchos de nosotros no trabajamos desde el final de la temporada 2019, ya que a punto de comenzar la de 2020 se declaró la pandemia, llegó el confinamiento y se acabó el trabajo. Y no solo eso, sino que, además, ya no se reactivó. ¿Que qué hemos hecho para sobrevivir…? Pues ante la falta de turismo que nos llega desde el exterior, crear un producto con el que potenciamos el turismo interior, gracias al cual conoces cómo es tu ciudad, o tu isla, cosa que muchos palmesanos y mallorquines desconocen. Y ha ido bien, eso sí, sometiéndonos a las medidas contra la COVID-19 que las autoridades han ido dictando. Me refiero a mantener distancias, número de personas limitado, mascarillas, haciendo las reserva con antelación, visitando siempre exteriores, etc. Todo iba bien hasta que salió la norma que solo permite reuniones de personas que pertenezcan al núcleo familiar, lo cual ha reducido hasta tal punto el grupo que hemos tenido que parar…».
«Ya no estamos colegiados»
Hoy se puede ser guía turístico a través de dos cauces: Escola de Turisme y una FP de Grado Superior de dos años. Y son imprescindibles tres idiomas: catalán, español y cualquier extranjero. Y de los tres, el más imprescindible, el catalán. «Vamos, que si no hablas catalán B-2, o nivel superior –recuerda Beltrán– puedes hablar todos los idiomas que sea, que no tendrás el título» .
A diferencia de antes, hoy los guías no están colegiados, «ya no se precisa la colegiación, lo cual, a mi modo de ver, es un error, pues el Colegio garantizaba que el guía diera calidad a su trabajo, allí encontrabas diversos asesoramientos, programaba actividades de formación, que siempre vienen bien, y era un punto de encuentro».
Reactivar el turismo nacional
Volviendo a la situación en que han quedado por la pandemia, señala que «pese a no trabajar, hemos de cumplir con todos los compromisos que tenemos con el Estado, Comunitat y Ajuntament, mientras recibimos pocas ayudas, algo más de cuatrocientos euros al mes».
Y en cuanto al futuro, Beltrán considera que es muy importante reactivar el turismo nacional, gracias al cual podremos trabajar un poco, porque lo que es el internacional, aparte de que la gente se ha quedado sin dinero, por lo que no va a viajar como antes, los gobiernos de los países emisores de turismo a Baleares promocionarán el turismo interior. Por otra parte, se está hablando de lo importante que es recuperar la temporada, que lo es, pues de ella vivimos. Pero para ello es imprescindible que nos vacunemos… Que al paso que vamos, no sé cuándo nos habremos vacunado todos. Y también que, a partir de ya, se controlen las entradas de viajeros que lleguen, tanto por mar como por aire. Que en los aeropuertos y puertos comprueben que los viajeros llevan las PCR, no como ahora, que no las miran. Y hasta la fecha, el virus que ha llegado a las Islas, llámese coronavirus, o sea la cepa británica, sudafricana, brasileña, etc., ha sido porque han entrado, o por aire o por mar…»
Los trasatlánticos
Por último, Miguel Beltrán quiere hacer hincapié en la importancia que tiene para las Islas la llegada de los cruceros. «Desde mi punto de vista, importante y vital para nuestra economía. Por ello, de alguna manera, muchos han de cambiar la opinión que tienen de ellos. ¿Que por qué? Porque los cruceros son seguros, ya que los protocolos que tienen a bordo contra la COVID-19 no los tiene nadie. De ahí que en muchos puertos se preparan para recibirlos, cosa que aquí no sucede. A ello añadamos a favor de este tipo de viajes, que el turista de crucero es amante de la cultura local, visita monumentos, iglesias, lugares típicos… Y encima gasta, puede que ciento cincuenta, dos- cientos euros, lo cual es de una gran ayuda para el pequeño comercio, sobre todo… ¿Que un día llegan cinco cruceros y se saturan las calles y plazas de la ciudad…? Pues como eso se sabe con antelación, que distribuyan las salidas hacia distintos puntos de la Isla, lo cual evitará la súper masificación en determinados lugares. A ello añadamos que el turista de crucero, que solo suele estar unas horas en cada puerto, no ensucia, no contamina, deja dinero y se va. Y así un día, y otro, y otro… ¿Y cuánto supone eso para la economía de la Isla…? Mucho, sin duda. Por eso me parece muy bien que salgan plataformas a favor de los cruceros, como la de ‘Sí a los cruceros', informando a las instituciones a fin de que se cambie la política de ocio hacia el crucerista».