La Autoritat Portuària de Balears (APB) está analizando al detalle los dos proyectos presentados que optan a la concesión de 68.000 metros cuadrados al final del Moll Vell del puerto de Palma, de ahí que los técnicos de la APB evalúan todos los pormenores para elevar su informe definitivo al consejo de administración del ente, que tendrá que tomar la decisión final de si sigue adelante con la competencia de proyectos o convoca un concurso público de adjudicación.
El presidente de la APB, Francesc Antich, afirma que se va a cumplir la legalidad al máximo y que «habrá máxima transparencia en todo el proceso de adjudicación». A la explotación del solar de 68.000 metros cuadrados y el espejo de mar optan Astilleros Mallorca y Servicios Técnicos Portuarios (STP), empresa filial del grupo IP3M propiedad de Juan Antonio Riutort. En Astilleros trabajan unos doscientos operarios, y las cifras conocidas de la STP apunta a otros 90.
Antich añade que hay tiempo para adoptar una decisión, principalmente porque hay concesiones vigentes para varios años. Afirma que en estos momentos hay un expediente de competencia de proyectos en trámite: «De momento no hay ninguna resolución. Después de ver los informes se hará una propuesta al consejo de administración, que es quien tiene que decidir. Para ello no se ha establecido un plazo, sin perjuicio de que, dado que se trata un expediente abierto y en trámite, se intente resolver lo más pronto posible. Es una de una actividad importante para la competitividad del puerto».
El presidente insiste en que se trata de un tema no resuelto «en el que se tendrán que dictaminar sobre las propuestas presentadas, sin perjuicio de que la APB en estos procedimientos tiene la potestad de renunciar al procedimiento de competencia de proyectos e ir a un concurso, como así ha pasado recientemente».
Transparencia
Antich añade que la idea es que «todo esto se tramitará de acuerdo con la Ley de Puertos, garantizando la máxima transparencia, igualdad de oportunidades, objetividad y concurrencia».
La APB, según su presidente, ha hecho una apuesta clara por la zona industrial de mantenimiento y unificarla en el Moll Vell (Muelles Comerciales) y que desaparezca del Contramuelle Mollet. Es en este enclave donde se encuentra en estos momentos Astilleros Mallorca.
El proyecto que se contempla en esta zona es ubicar el Museo Marítimo, que integrará los edificios destinados a la Lonja y de pescadores. El presidente puntualiza: «El aumento de espacios para la industria de mantenimiento se complementará con la realización de importantes obras que supondrán una inversión de 250 millones en la zona del Muelle de San Carlos y del Dique del Oeste, a efectos de aumentar allí el atraque de Ferrys».