El Ministerio de Igualdad presentó el pasado 2 de febrero el borrador de la Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans. Si bien el anteproyecto ha crispado las relaciones entre los socios del Gobierno y según qué sectores del feminismo, se trataría de un borrador bastante similar a la iniciativa ya presentada en 2017 por los socialistas y la ponencia de 2019, pero contemplando importantes cambios para garantizar los derechos fundamentales de distintos colectivos vulnerables.
Entre los cambios, se defiende la libre determinación de género. Esto significa un cambio de sexo registral sin necesidad de informes psicológicos o médicos en mayores de 16 años –eliminando así el requisito contemplado en la actual Ley 3/2007–, que podrán solicitar por sí mismos dicha rectificación únicamente con una «declaración exprés». El borrador también reconoce el género no binario en el Registro Civil. Es decir, las personas que no se sientan ni masculinas ni femeninas no hará falta que así lo identifiquen.
Sin embargo, ¿cuál es la novedad de esta ley? ¿qué significa la autodeterminación de género? ¿Por qué ahora este anteproyecto se cuestiona tanto?
Despatologizar
El concepto de autodeterminación de género es una de las luchas constantes del colectivo LGBTIQ+ para sellar la despatologización de las personas trans. «Lo que se pretende con esta futura ley es que el paso patologizador se elimine y que, así, con la simple manifestación expresa de su identidad de género puedan optar a ese cambio», menciona la presidenta de la Asociación Ben Amics, Tatiana Casado. En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) excluyó de la lista de Trastornos Mentales la transexualidad, «pero el concepto disforia vuelve a reponerlo dentro de un concepto de problema o malestar, cuando la transexualidad es una condición», defiende Nati Solivellas, psicóloga de la Consulta de Identidad de Género del Hospital Son Espases. Este dispositivo atendió en 2020 a unas 478 personas.
La actual Ley 3/2007 contempla al menos dos años de hormonación para acomodar los caracteres físicos al sexo reclamado para, de esta forma, acreditar el cambio de sexo en el registro. Algunos expertos consideran que, «de aprobarse el borrador, daría un paso adelante al no necesitar un informe de disforia de género ni dos años de hormonación», como justifica Antoni Aguiló, que es investigador universitario de los procesos democráticos en la Universidad de Coimbra (Portugal), activista LGTBI de Balears y miembro y activista de la plataforma Homes Transitant.
Lo cierto es que hay sectores del feminismo, denominados transexcluyentes, que han puesto de manifiesto en un comunicado que la libertad de identidades, como precisa el borrador, afianza el «sexismo jerárquico».
Género no binario
En esta línea, el psicólogo clínico Fernando Rivera lleva más de siete años trabajando exclusivamente con personas transexuales. Su experiencia le ha llevado a criticar ciertos aspectos de este borrador presentado por Igualdad, como la posibilidad del género no binario. «Esta futura ley lo que pretende es transmitir un mensaje de que las personas que no se identifiquen con un género puedan tener un amparo. Es muy complejo. Si no soy binario, ¿cómo tendré garantías legales en una serie de ámbitos? De legislarse como un derecho, se deberán modificar otras leyes, como la Ley contra la Violencia de Género», justifica.
Tatiana Casado insiste en que reconocer el género no binario «no implica que otros derechos se vean recortados», como aseguran ciertos sectores feministas al considerar que expresiones como la violencia intragénero «diluye» la ley de Violencia de Género. «El género es un concepto que se puede entender como un fluido donde no hay solo una categoría de hombre o mujer».
La politóloga experta en género y doctoranda en Estudios Interdisciplinarios de Género, Neus Tur, recuerda que la medicina, biología y la neurociencia «han demostrado que el sexo no viene determinado por los genitales externos, sino que es un conjunto de características». Matiza, asimismo, que el feminismo transexcluyente viene a plantear «un debate tramposo» con la Ley Trans, la autodeterminación de género y la inseguridad jurídica. Tur alude a los fraudes con la Ley Trans que escandaliza a estos sectores feministas. «Aunque aseguran que muchos hombres harán un uso perverso de la futura ley –alegando un súbito cambio de sexo– para esquivar la aplicación de la Ley de Violencia de Género; hay que recordar que los hechos penales se juzgan de acuerdo con la categoría jurídica sexual registrada en el momento del delito».
Baleares
El anteproyecto contiene preceptos que ya se aplican en diez Comunidades Autónomas, como Balears. Antoni Aguiló recuerda que la Ley 8/2016 para garantizar los derechos LGTBI incluye medidas de identidad y expresión de género como que las personas trans en esta comunidad se pueden acoger a lo que establezca esta ley sin ningún diagnóstico de disforia de género ni tratamiento médico.
«Llevamos cuatro años con cambios que ahora se plantean en el anteproyecto», destaca Tatiana Casado. En Balears, cualquier persona que considere que su identidad de género no ha sido designado al nacer, puede realizar el cambio en muchos servicios y documentos. Por otra parte, el Consell puso en marcha, en octubre de 2020, el primer Servicio de Atención Integral, donde ya se han atendido a unas 30 personas. «Esto nos demuestra la necesidad real de una ley estatal», prosigue.
Las asociaciones a favor de esta ley recuerdan que las personas trans son colectivos «vulnerables y discriminados». De hecho, Tatiana Casado asegura que seis de cada diez personas LGTBI menores de 25 años han pensado en el suicidio como una opción por no tener suficiente apoyo. «La realidad de este colectivo es muy diverso y diversas deben de ser, por tanto, las respuestas que se les den. Hay que poder dar cabida a todas las identidades de las personas trans», manifiesta Casado, y subraya también que ocho de cada 10 mujeres trans no tienen empleo y son discriminadas. El cambio de sexo en el DNI sería un avance a esa oportunidad laboral sin un juicio del género.
Históricas feministas, contra la Ley Trans
Ocho históricas feministas, como Laura Freixas o Amelia Valcárcel, enviaron una misiva al presidente del Gobierno en contra del anteproyecto de Ley Montero, conocida como Ley Trans, presentado por el Ministerio de Igualdad. En ella, califican las propuestas de «inconstitucionales» y que pone en riesgo a la infancia y menores de edad. También cuestionan que se exija la «despatologización» cuando se propone «una medicalización permanente». Defienden que cualquier medida se certifica y no significa «patalogizar».