Los expertos en materia sanitaria que asesoran al Govern piden que Palma quede confinada a partir del lunes para tratar de frenar unos contagios que, pese a ralentizarse, no están controlados. La decisión política, sin embargo, no está tomada. En el Govern dudan de la efectividad de una medida que tal vez no puede hacerse cumplir ya que la mayor parte de los desplazamientos que se realizan desde la Part Forana hasta Palma se hacen por motivos laborales y esa es una de las excepciones al confinamiento.
Muchos residentes en los pueblos de Mallorca se trasladan cada día a Palma y además resulta muy complicado controlar que todas las entradas y salidas de la ciudad están plenamente justificadas. Los expertos también creen que debe confinarse a los municipios donde hay una especial afectación, aunque también en este caso hay matices porque los de poca población pueden presentar de forma repentina una gran incidencia debido a un brote que se disipa en cuanto se pasa.
Desde Salut insisten y miran el ejemplo de otras comunidades autónomas, donde se están decretando confinamientos duros de los municipios para tratar de combatir los contagios.
Lo que sí está claro es que no habrá flexibilización de las restricciones que ahora están en vigor, como el toque de queda a las 22.00 horas, el cierre del comercio no esencial a las 20.00 horas o el cierre de las terrazas de bares y restaurantes a las 18.00 horas.
Los datos de las UCI
Las restricciones están justificadas a la vista de los datos diarios del Govern: hay 102 personas ingresadas en la UCI, lo que supone que se encuentran prácticamente al límite de su capacidad de personal. Hay posibilidad de alcanzar las 300 UCI con la reconversión de plantas, pero no hay personal suficiente para atender esa importante cifra.
La situación es preocupante en Mallorca porque este martes se superó el número máximo de ingresados en las UCI en la primera ola de la pandemia: había 92 frente a las 88 de abril. Además de los ingresados en las UCI, hay otras 352 personas ingresadas en planta.
Las cifras de contagios ofrecidas ayer no son nada buenas: hay 567 nuevos contagios, 229 más que el día anterior, y el número de enfermos por COVID en la Comunitat se acerca a los 10.000, con un total de 9.249.
Un aumento de los contagios implica un aumento de los ingresos pasadas unas semanas y, días después, eso se traduce en más enfermos graves en la UCI, que es en estos momentos la mayor preocupación del Govern.
Si el principal foco de la atención sanitaria está puesto en la evolución de los ingresos hospitalarios y UCI, el segundo punto de atención está puesto en la campaña de vacunación. Se han administrado el 56 por ciento de las dosis recibidas desde el Ministerio de Sanidad, un total de 3.859. En el Govern quieren dar un impulso a la vacunación para tratar de agilizar el proceso, aunque Balears es una de las comunidades donde se ha dado un mayor porcentaje de vacunación.
La segunda dosis
La campaña de vacunación continuará esta semana en las residencias de ancianos y el Govern tiene previsto que la semana que viene pueda comenzar la vacunación en las residencias de dependientes y en los profesionales sanitarios. El Govern espera poder empezar a suministrar la segunda dosis de la vacuna el día 17 en la residencia Oms-Sant Miquel. La inmunidad no se alcanza hasta una semana después de haber recibido esa segunda dosis. La previsión es que a finales de marzo haya finalizado la primera campaña de vacunación, dirigida a colectivos vulnerables o que están en primera línea en la lucha contra el virus.
49.431 pasajeros controlados desde que se puso la PCR obligatoria
Un total de 49.431 pasajeros que han llegado a las Islas han pasado algún tipo de control sanitario previo, según informó ayer el Govern balear. La mayor parte de ellos, un total de 22.259, optaron por la realización de test de antígenos en los puertos o aeropuertos a su llegada. Otros 16.742 llegaron con PCR negativa en origen, mientras que otros 2.229 se hicieron pruebas a su llegada a las Islas. A ellos hay que sumar los 555 ciudadanos que eligieron quedarse en cuarentena una vez en la Comunitat Autònoma.