De lo que hagamos este jueves y este viernes dependerá que se vea el pico de esta tercera ola en apenas dos semanas o que el crecimiento de casos no vislumbre un final. De ahí que el portavoz del comité autonómico de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, hable claro: «hay que cambiar el chip en casa».
Su primer consejo pasa porque «no hay que avergonzarse de llevar la mascarilla». Algo que «hay que meterse en la cabeza», puesto que se recomienda retirarla, únicamente, en el momento de la ingesta de alimentos y bebida. Por otra parte, es mejor si no se comparten utensilios. Lo ideal es que una única persona sirva al resto, o haga las particiones, y evitar las bandejas comunes en el centro de la mesa.
Una mesa que, por otra parte, puede quedar grande en un año en que la Navidad se limita a un máximo de seis comensales. Esta circunstancia, según el doctor Arranz, puede aprovecharse para comer de forma más separada, con más espacio entre cada persona. Cabe recordar que las restricciones en las reuniones sociales son de un máximo de dos grupos burbuja o convivientes.
Otra de las medidas que puede prevenir los contagios es ventilar bien los interiores. «Abriguémonos», recomendó Javier Arranz. Y es que la consellera de Salut, Patricia Gómez, advirtió de que la posibilidad de contagios, en un interior, se multiplican por veinte.
Aunque parezca una obviedad porque muchos ya lo practican varias veces a diario, justo al entrar en una vivienda conviene lavarse las manos y, en esta ocasión, cuantas más veces, mejor. «Lo que viene son reuniones sociales y familiares y es donde hay más contagios», advirtió el doctor Arranz, quien insistió en que si se toman estas medidas pueden evitarse infecciones.
Por otra parte, es mejor que durante las celebraciones no haya música o televisión con volúmenes altos ya que obliga a los comensales a subir el tono de voz y se generan más aerosoles. Si algo se ha dicho de estas Navidades es que el mejor regalo es la salud, así que los abrazos tendrán que esperar al año que viene cuando ya haya un alto porcentaje de la población inmunizado, algo que se prevé pasado el verano, hasta entonces habrá que ser cautos con el contacto físico. Las normas son sencillas y buena parte de la población las ha asimilado, ahora también deben seguirse en los hogares.
Hay que proteger a los más vulnerables
«Las personas que salen de una residencia por las fiestas no pueden estar yendo de familia en familia», dijo ayer la consellera de Salut. Uno de los principales objetivos de estas fiestas es mantener a salvo a las personas vulnerables de ahí que se recomiende centrarse en un núcleo familiar o dos máximo. Patricia Gómez apeló también al sentido común «si vamos a un lugar lleno de coches, mejor dejarlo para otro día», recomendó.