Las restricciones en el sector de la restauración para frenar el avance de la pandemia del coronavirus en Mallorca han generado tensión en el sector. Son muchas las quejas de los dueños de bares y restaurantes que discrepan con las medidas interpuestas por el Govern. La indignación ha llegado hasta el Bar Mónaco, en Palma, en el que su propietaria ha manifestado su desacuerdo colgado carteles en las cristaleras.
«Lo que me ha motivado a hacer esto son muchas cosas, las injusticias de la señora Armengol. Los centros comerciales y el árbol del Parque del Mar están llenos, ¿por allí no se pasea el virus?, ¿el virus solo están en los bares? Las ayudas no nos llegan, no han hecho comprar medidores y al día siguiente nos cierran», explica Isabel García, propietaria del local desde hace diez años.
El bar Mónaco, emplazado en una esquina de la calle Nuredduna, es un local que abrió hace 95 años como cabaret, se transformó en un bar con peluquería en su interior y en la actualidad ha seguido la línea de ofrecer cafés, meriendas y menús del día. La actual propietaria desde hace una década, Isabel García, de 57 años, piensa en soltar las riendas de este oficio porque «la situación actual nos ha ahogado, es insostenible». Por ahora, cuenta, ha cerrado el bar hasta después de Reyes, sin saber todavía el futuro del establecimiento.
«Estoy indignada y seguiré poniendo carteles, es mi manera de reivindicarme», explica Garcia. «Creo que nos están tomando el pelo, no he visto ni un gesto de la política para salvar la situación», asegura. Por otra parte, también pide más unión del sector para «salir a la calle» y reclamar sus derechos y más herramientas para trabajar.