Àngel Fernández (Alaró, 1954), presidente de la Fundación para la Economía Circular, presentó ayer el documento Diagnóstico y escenarios de cumplimiento de los objetivos de residuos municipales 2025-2030-2035. El estudio tiene por objeto, partiendo del análisis del estado actualizado de los residuos municipales en España, construir escenarios de su generación y gestión para el horizonte de 2035, respondiendo a la apuesta por la economía circular y por la lucha contra el cambio climático, marcada por la Unión Europea (UE). Fernández fue gerente de Tirme, concesionaria de la gestión de residuos en Mallorca, entre 1992 y 2012.
¿Cómo está España en gestión de residuos respecto a los objetivos marcados por la UE?
— Ya en el año 2014 la fundación hizo un estudio respecto al objetivo en 2020 de un 50 % de reciclaje. España está en un 40 %, por lo que ha quedado diez puntos por debajo del objetivo. Aplicando los nuevos criterios, estaríamos en un 30 %. En definitiva, España no estaría muy bien, entre los puestos 15 y 18 en reciclaje, cuando es una de las primeras economías de la UE. No obstante, hay que tener en cuenta que habría que actualizar los datos de los residuos gestionados por empresas privadas, pero, sobre todo, fallamos en recogida selectiva de residuos orgánicos y textiles, teniendo en cuenta que los primeros representan el 30 % del total. En el resto de residuos, los de los contenedores –papel-cartón, vidrio, envases–, España cumple razonablemente bien. Y no hay que olvidar que en 2035 debemos reducir la producción de residuos un 15 % respecto a los valores de 2010, cuando en los últimos años estamos asistiendo a un crecimiento constante.
¿Cuáles son los objetivos para 2035?
— Un 65 % de residuos reciclados, un 10 % de vertido controlado y un 25 % de valorización energética, que en el caso de Mallorca se aplica con la incineración. En Mallorca tenemos, afortunadamente, un vertido cero, dejando de lado los pequeños vertederos puntuales e incontrolados. Lo importante es que Mallorca no cuenta con vertederos oficiales como recurso de gestión de residuos. Es un caso único en España.
¿Y España cumplirá con los objetivos marcados por la UE para 2035?
— No hemos cumplido en 2020. Para cumplir en 2035, además de generalizar obligatoriamente la recogida selectiva de orgánicos, textiles y peligrosos domiciliarios, habrá que aplicar medidas como reducir los desperdicios alimentarios en un 50 %, que los puntos verdes sirvan para el intercambio de material, incentivar la reparación, construir más infraestructuras para el tratamiento y establecer tasas de vertido que lo desincentiven. No hay que descartar medidas coercitivas y punitivas contra la mala gestión, como hacen en otros países, aunque en España hay miedo político a aplicarlas.
Pero el que tiene que actuar y responder es el ciudadano...
— A nivel legislativo, la UE, el Estado y las autonomías crean normativa, pero al final el trabajo de gestión recae sobre los ayuntamientos. Más del 50 % de los presupuestos municipales se dedica a la gestión de los residuos. Se debería reducir la carga sobre los ayuntamientos con más sistemas integrales de gestión. Los productos deben tener un diseño más ecológico, el cambio climático está aquí y los recursos naturales se agotan. Por todo ello, la concienciación es fundamental porque al ciudadano le corresponde el trabajo de seleccionar. Sin concienciación, las mejores instalaciones servirán de poco. Los países que sí han conseguido los objetivos marcados han involucrado al 90 % de la población.