La Universitat de les Illes Balears (UIB) ha participado en la elaboración del estudio Pornografía y educación afectivosexual, que recoge datos nuevos que ayudan a explicar cómo el modelo de la nueva pornografía se ha introducido plenamente en la vida sexual de los jóvenes, hasta el punto de que muchos tratan de trasladar los comportamientos que consumen con sus móviles y en redes sociales a la vida real, aun a riesgo de caer en actitudes agresivas y violentas.
La clave, según este nuevo trabajo, es que los jóvenes consumen pornografía sin empatía ni conciencia crítica, lo que se explica, en parte, por haber tenido una educación afectivosexual precaria.
El estudio, del que es coautor el doctor Lluís Ballester, investigador del Grupo de Investigación y Formación Educativa y Social (GIFES) de la UIB, se ha publicado recientemente con la colaboración de la Universidad de Santiago de Compostela, la red de ONG Jóvenes e Inclusión y el Centro FAIA de Investigación.
Se trata de un trabajo que sigue la vía abierta por Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales (2019), que ya apuntaba que el consumo de nueva pornografía se generaliza a los 14 años y que los primeros accesos se sitúan ya a partir de los ocho.
Para llegar a estas conclusiones se ha estudiado a la población joven, en concreto a partir de una muestra de estudiantes universitarios de entre 18 y 26 años, que revela que empezaron a consumir porno alrededor de los 15 años y que uno de cada tres varones y una de cada seis mujeres consumen material pornográfico de forma diaria.
El fenómeno de la pornografía online, que no es nuevo aunque su consumo se ha disparado en los últimos tiempos, ha cambiado radicalmente el panorama. Los autores recuerdan que en ella cabe todo, desde prácticas sexuales convencionales a otras que entrañan mayor riesgo o directamente son ilegales.
Su consumo no para de aumentar y para muestra un botón: el portal pornográfico más visitado del mundo registra tres millones de visitas por hora y mueve cada día ocho veces más volumen de datos que Facebook. Según datos de este mismo portal, el tráfico diario aumentó en España más del 60 por ciento durante los primeros días de confinamiento, el pasado mes de marzo.
¿Qué explica esta tendencia? Según el estudio tras este aumento se esconde el fenómeno de la desconexión empática: tener apagada la conciencia permite ver contenidos vejatorios sin cuestionarlos moralmente, una desconexión que se produce tanto a nivel emocional como cognitivo y que se resume en una máxima: al ser una ficción su conciencia queda protegida por muy dañino que sea lo que ven.