Baleares contará con un «marco insular» propio en la aplicación de las futura Política Agraria Común (PAC), las ayudas europeas para el sector primario que está ultimando el Ministerio de Agricultura para el año que viene. El ministro Luis Planas aseguró ayer en Palma que Balears contará con este reconocimiento insular, una reivindicación histórica del sector. Pese a ello, el titular de Agricultura no dio cifras aproximadas sobre lo que puede reportar económicamente para el archipiélago, unas estimaciones que sí había realizado hace meses la Conselleria de Agricultura y que cifró los sobrecostes de la insularidad en 38 millones.
«El factor de la insularidad es uno de los componentes pero no el único que se articule para Balears en el marco de la PAC», aseguró el ministro mientras recordaba que en estos momentos «no estamos discutiendo sobre cifras concretas, pero la ambición que tenemos tanto por parte del Govern como por parte de Gobierno de España es superior».
Ante la reiterada petición de este reconocimiento por parte del Govern y de los propios profesionales, Planas recalcó que se definirá un «marco singular balear para responder a esta situación».
Planas realizó estas declaraciones después de reunirse con la consellera de Agricultura, Mae de la Cocha, en una sesión de trabajo y en la cual también se debatió sobre el plan de modernización de regadíos. Todo apunta que el Gobierno incluirá el proyecto presentado por Balears para utilizar las aguas depuradas para regar los campos desde Palma hasta ses Salines. Un macroproyecto a nivel balear de 90 millones. «Estoy absolutamente convencido de que no habrá ninguna dificultad de financiación ya sea con fondos ordinarios o con fondos especiales en relación al plan de recuperación», señaló el ministro.
Tras la reunión de trabajo, el ministro de Agricultura visitó Andratx junto a la presidenta Francina Armengol, donde presentó de manera oficial la reserva marina de sa Dragonera, una ampliación que se hizo efectiva el pasado mes de noviembre. Planas destacó que las reservas como la de Andratx son un ejemplo de gestión que permitirán «conciliar la actividad pesquera tradicional y la conservación medioambiental». La reserva protege 457 hectáreas.