Baleares ha erradicado la avispa asiática, lo que la convierte en la primera región europea que consigue acabar con la presencia de este insecto, aseguró el conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, este jueves.
«Es una noticia excepcional para la biodiversidad del archipiélago y confirma que esta tierra cuenta con un personal técnico y científico de primer orden capaz de hacer frente a los mayores retos que nos plantea la emergencia climática», ha apuntado.
El último nido de esta especie en Mallorca, única isla del archipiélago donde se había detectado, se localizó en julio de 2018, y desde entonces, a pesar de que se ha mantenido el trampeo, no se ha podido confirmar la presencia de esta especie invasora. En total, se han localizado y destruido 32 nidos y se han capturado 89 ejemplares, ha explicado la Conselleria.
Mir ha señalado que en las tareas de erradicación han participado, el servicio de Protección de Especies, Agentes de Medio Ambiente, el COFIB, la UIB, el 112 , la Diputación de Guipúzcoa y su cuerpo de Bomberos, los Agentes Forestales de Girona, los ayuntamientos afectados y varias asociaciones de apicultores y cazadores.
En este sentido, ha destacado que buena parte de los avisos que han permitido localizar nidos han procedido de la ciudadanía. Así, organismos como el 112, el COFIB o la aplicación Vespapp, desarrollada por la UIB han sido clave también en la erradicación de la especie. La doctora en Biología de la UIB Mar Leza ha explicado, durante la rueda de prensa, que a través de la aplicación se han recibido unos 1.200 avisos.
El jefe del servicio de Protección de especies, Ivan Ramos, ha destacado, por su parte, que entre los motivos por los cuales se puede explicar este éxito hay que citar varios motivos. Así, por ejemplo, ha destacado que se empezó a actuar de manera casi inmediata desde la detección de la especie, en 2015, en la zona del mirador de ses Barques, en Sóller.
La estrategia trazada se ha orientado a detectar y retirar todos los nidos y la eliminación se ha ejecutado, principalmente, por la noche para garantizar que todos los ejemplares se encontraran en su interior. Se ha dado máxima prioridad a la retirada de nidos antes de la aparición de la casta reproductora y se han investigado las trampas y atrayentes más efectivos para optimizar la captura de ejemplares y la localización de nidos y para la colocación de trampas se ha tenido en cuenta la ubicación de los nidos en temporadas anteriores así como las posibles vías de expansión, como valles y torrentes.
Ramos también ha citado, como factor clave, el trampeo de primavera que ha permitido la eliminación de reinas fundadoras evitando una mayor expansión de la especie. La temperatura y la humedad podrían haber dificultado la expansión. Finalmente, ha citado la insularidad como factor clave a favor de la erradicación de la especie, evitando así entradas continuadas como sucede en el resto del Estado.
Por su parte, la técnica del COFIB, Gabriela Picó, ha recordado que los trabajos de campo se han podido desarrollar gracias a la financiación aportada por el Fondo de Garantía Agraria y Pesquera (FOGAIBA) a través del Programa de Desarrollo Rural (PDR). Ha destacado, además, el enorme reto que ha supuesto enfrentarse a la presencia de una especie hasta entonces desconocida.
«Para conseguir estos resultados ha sido imprescindible diseñar nuevos protocolos de control que se ajustaran a la situación cambiante en que nos encontrábamos, modificándolos continuamente a medida que aprendíamos más sobre la especie y ganábamos experiencia sobre el terreno» , ha explicado. Finalmente, se desarrollaron tres protocolos: uno de trampeo, uno para la búsqueda de nidos y un último para la retirada de esos nidos.
Continúa la amenaza
El conseller Mir ha destacado que se ha erradicado la especie pero no la amenaza, y ha advertido de que esta se puede introducir de nuevo en el archipiélago.
Ha explicado que la intención de la conselleria es pasar a una nueva fase en la cual se dará énfasis a la prevención y la vigilancia. En este sentido, ha asegurado que en los próximos días se iniciará una ronda de contactos para estudiar las posibilidades de establecer una red de bioseguridad con nuevos puntos de control que incluirán puertos y aeropuertos, principales puntos de entrada de especies invasoras al archipiélago.
La avispa asiática se introdujo en Francia en 2004 y supuso la primera invasión exitosa de una avispa en Europa. En el Estado se detectó por primera vez en 2010, concretamente en la localidad navarra de Amaiur. En octubre de 2015 se confirmó su presencia en Mallorca y se retiró un nido, en Sóller.
En 2016 se detectaron nueve nidos en los municipios de Sóller, Deià, Fornalutx y Bunyola. Al año siguiente, la presencia de la especie logró su pico más alto, con 21 nidos detectados en los municipios de Sóller, Deià, Fornalutx, Bunyola, Valldemossa, Esporles, Santa Maria, Lloseta y Escorca. En 2018 se detectó solo un nido, en Sóller. Desde entonces no se ha vuelto a detectar su presencia.
El número de trampas ha ido variando a lo largo de los años, paralelamente a la expansión de la especie. Así, en 2016 se instalaron 67 mientras que al año siguiente la cifra se incrementó hasta 250. 2018 y 2019 fueron los años con un mayor trampeo, con 582 y 576 trampas, respectivamente. Finalmente, en 2020 ha habido 280.