Existe la percepción social de que la sarna es una enfermedad que se ha dejado atrás en Occidente, que es antiguo, de épocas en que no se daba importancia al aseo ni a la higiene personal. Algunos incluso creen que ya está prácticamente erradicada, cuanto menos en Europa. Nada más lejos de la realidad: el diagnóstico de casos de sarna sigue siendo frecuente.
La Conselleria de Salut no lleva un registro de los casos individuales (los médicos no deben informar al Servei d'Epidemiologia al diagnosticarla), pero sí contabiliza los brotes. En este sentido, un informe señala que en 2019 se registraron 24 brotes en las Islas, muchísimos más que en los años anteriores: siete en 2018, cinco en 2017, tres en 2016, uno en 2015, nueve en 2014 y otros tantos en 2013; uno en 2012. Si entre 2005 y 2019 se registraron 66 brotes, 24 son del pasado año.
El informe indica que la mitad de los 24 brotes de 2019 se detectaron en domicilios, que tres tuvieron un origen familiar, cinco se detectaron en un centro educativo y dos en una residencia de personas mayores. Otro se detectó en un centro sociosanitario y el último tiene un origen «comunitario».
Dermatólogos de Mallorca tuvieron también la percepción de que en 2019 realizaron más diagnósticos de sarna de lo corriente, indica la dermatóloga del hospital de Son Llàtzer Rosa Taberner. Lo comentaron a los gerentes de sus hospitales y se acordó llevar un registro con independencia de si formaban parte de un brote, para contrastar la percepción. Sin embargo, poco después de ponerlo en marcha estalló la pandemia y quedó aparcado. «Tenemos algunos datos [de los casos aislados], pero no tenemos con qué compararlos», indica Taberner.
«Efectivamente, la sarna jamás se extinguió. Lo que pasa es que es una enfermedad con connotaciones sociales de rechazo que la gente suele relacionar con la higiene y los contagiados no acostumbran a explicar que la padecen», explica Taberner.
La sección balear de la Academia de Dermatología prevé difundir un comunicado sobre la incidencia de la sarna próximamente.
Se contagia con un contacto frecuente y al compartir ropa
La sarna es un cuadro que causa picazón en la piel provocada por el ácaro microscópico Sarcoptes scabiei. Es común en todo el mundo y afecta a las personas de todas las razas y clases sociales. Se disemina rápidamente si se mantiene contacto frecuente con la piel de otras personas. Compartir ropa, toallas y sábanas también puede diseminarla. La sensación entre los dermatólogos es que el pasado confinamiento no hizo disminuir su incidencia.