El traslado del ambulatorio El Carme a un Hospital General recién reformado ya tiene fecha: se realizará los días 9, 10 y 11 de diciembre. La previsión es que a partir de día 14 ya se empiece a pasar consulta allí. La decisión, sin embargo, no cuenta con el respaldo de los trabajadores, que se quejan de que no es el momento de pasar de un edificio grande y bien ventilado a uno mucho más pequeño, que acoge a una veintena de pacientes con COVID, y cuyos espacios no están adaptados a una pandemia en la que hay que prevenir los contagios.
«Nos parece un despropósito que se haga en el momento actual, con los datos epidemiológicos que tenemos y una pandemia encima», se queja la delegada del Sindicato de Enfermería SATSE, Celsa García.
Advierte de que se trata de un traslado forzoso y que, según los acuerdos, debe tener una justificación que, asegura, el IB-Salut no ha dado. «¿Qué motivos hay para cerrarlo ahora y a qué se va a dedicar?», pregunta.
Según fuentes consultadas, el ambulatorio de El Carme precisa de una reforma al ser un edificio de cuarenta años y posteriormente podría acoger parte o íntegramente los servicios centrales del IB-Salut que ahora se ubican en la cercana calle Reina Esclaramunda.
A pesar de su antigüedad, El Carme consta de tres plantas, con sus respectivas salas de espera, zonas amplias y ventiladas. Los trabajadores del centro han podido ver los planos del reformado Hospital General y critican que la única sala de espera que tendrá es la mitad de una de las suyas. Además, advierten que las consultas son interiores y existe un vestuario único demasiado pequeño para todo el personal. «Nos vamos a los zulos del General», se resignan. Y es que según fuentes de Son Espases, responsable de la gestión del nuevo centro, la fecha es inamovible porque ya se ha pospuesto una vez (iba a ser el 20 de noviembre). El viernes pasado se consensuó con los responsables del ambulatorio y en otra reunión, ayer, se notificó a todo el personal que la semana que viene podrán conocer las instalaciones in situ.
Desde el hospital de referencia recuerdan que será todo nuevo y se reúnen todas las condiciones y permisos para trabajar. En cualquier caso, advierten, están abiertos a propuestas de mejora.
En lo que se refiere a las consultas, algunas pasarán a citarse directamente en Son Espases y otras intentarán esponjase para garantizar los aforos que requiere la pandemia. Las citas, dicen, se darán siempre con las máximas garantías para los usuarios y los profesionales.
Una de las ventajas de la mudanza, insisten, es que en el Hospital General disponen de un espacio de radiología que permitirá hacer pruebas sin desplazarse de centro. El gran problema es que se pasa de un ambulatorio, aunque antiguo, muy grande, a uno más pequeño, reconocen.
La mayoría de los empleados son personas de riesgo
u El Sindicato de Enfermería advierte de que casi el 100 % de los profesionales que trabajan en el ambulatorio de El Carme tienen un informe de salud laboral, es decir, son de riesgo. Por lo que critican que pasen de un centro «limpio» de COVID a un hospital que acoge a más de una veintena de pacientes con esta patología.