Pedro Comas (Palma, 1952), que fue director de Ultima Hora entre 1984 y 2014, falleció este martes en Palma después de una penosa enfermedad que se complicó y que le ha mantenido postrado los últimos meses. Reportero, redactor, redactor jefe, director, miembro del Consejo de Administración de la empresa y consejero editorial desde 2014, Pedro Comas ha sido la viva encarnación del periodismo que se hace en Ultima Hora.
Pedro Comas entró en el diario en 1972 de la mano de un gigante del periodismo balear, Pere Bosch. Hacía el servicio militar y estudiaba Derecho, hacia donde creía que iba a orientar su vida. Pero le apasionó aquella Redacción caótica que publicaba un diario a última hora de la tarde, o a primera de la noche, por muy escasa que fuera su circulación. Así que se lo tomó en serio y se puso a estudiar Periodismo en la Autònoma de Barcelona.
La entrada de Pedro Serra como propietario y director en 1975 representó un giro total en la manera de hacer las cosas en el diario. Desapareció el desencanto de los veteranos redactores y entraron jóvenes talentos dispuestos a lo que fuera para ser los número uno.
Afloró entonces la figura de Pedro Comas como la de un periodista vocacional, ordenado, con criterio y sacrificado, algo que escaseaba en una profesión de bohemios. El fue quien combatió el caos organizativo interno y atemperó el nervio periodístico de una Redacción que quería comerse el mundo. Cambió la manera de trabajar, impulsó el uso de maquetas y tipómetros, unas reglas desconocidas hasta entonces que servían para diseñar páginas tal como querían los periodistas, y no los operarios de los Talleres. El papel de Pedro Comas para que Ultima Hora conquistara en apenas seis años el liderato de la prensa balear ante los poderosos Baleares del Estado y Diario de Mallorca de la familia March fue determinante. Pedro Serra quiso recompensárselo y le nombró director en 1984, primero en funciones y después ejecutivo. El tándem que formaron fue un prodigio editorial.
Un trabajo muy complicado
No era nada fácil ser el sucesor de Pedro Serra en la dirección, porque el propietario se quedó con el cargo de presidente de la empresa y, además, de editor, una situación compleja para situar las jerarquías y administrar los contenidos. Pero entonces se manifestaron otras facetas importantes de Pedro Comas, además de su profesionalidad. Y es que era una persona inteligente y permeable, capaz de lidiar las situaciones más complicadas. Puntilloso, con mucho seny, franqueza y buena voluntad, conquistó la confianza y se ganó el respeto de Pedro Serra y de los equipos de Redacción con los que trabajó.
Para Pedro Comas el periodismo no se podía tomar a la ligera, era una profesión muy seria y había que practicarla con oficio y honestidad. Todos los profesionales que han trabajado con él saben que repasaba textos hasta altas horas de la noche y quería estar seguro de la exactitud de las informaciones. Desterró la pereza como una cualidad histórica de los diarios: hacía cambios incluso de madrugada para valorar bien el espacio de las noticias. Su vida llegó a ser el periódico. Se casó con Aina, que fue regente de los Talleres de Ultima Hora. ¿Quién mejor que ella podía entender su trabajo? ¿Quién mejor que ella podía animarle a dejarse la piel por su profesión?
La ‘herencia'
Pedro Comas ha sido una parte fundamental de esta Ultima Hora moderna que llega hoy a los kioscos y a los suscriptores. Él y Pedro Serra diseñaron un modelo periodístico cada día laborable durante 30 años en las interminables reuniones de las 12, que siguen vigente. Es una ‘hoja de ruta' sencilla, pero difícil de cumplir día a día. Es la obra de dos talentos hasta cierto punto antagónicos, pero unidos por el respeto personal y profesional:
1. Somos el mejor equipo de periodistas y trabajamos con la mejor Redacción.
2. Hay que demostrar nervio, y eso se hace siendo los primeros en enterarse de las cosas.
3. Los periodistas de Ultima Hora deben pisar la calle.
4. Los periodistas de Ultima Hora deben estar presentes en todos los lugares donde se produzca una noticia, no vale el teléfono.
5. Hay que contar la verdad de los hechos de una manera interesante para el lector.
6. Hay que ser independientes para poder ser críticos. Si no, la función social del periodismo desaparece.
7. El diario está abierto a todas las tendencias políticas y a todas las sensibilidades sociales.
8. Transversalidad. Ultima Hora debe interesar a todo el mundo, debe ser un diario popular y exclusivo al mismo tiempo.
Pedro Comas añadió, de su parte, otro epígrafe. Era una obsesión para él contrastar las informaciones. No debía existir ninguna duda de la veracidad y de la imparcialidad editorial. La credibilidad era un compromiso y una exigencia.
Batallas y guerras
La dirección de Pedro Comas no fue un paseo de rosas, todo lo contrario. Cuando empezó en 1972, los redactores se servían de máquinas de escribir, y linotipias con ingeniería del siglo XIX componían los textos. El tuvo que adaptar la Redacción a las continuas evoluciones tecnológicas. Hubo momentos en que estos procesos fueron traumáticos, porque los cambios significaban el sacrificio de puestos de trabajo ‘obsoletos'.
También capeó ataques directos a la línea de flotación del diario de sus competidores o, incluso, de la familia socialista en el Gobierno cuando protegió al alcalde Aguiló, antes de reconocer su perfil. Fueron momentos muy duros porque todavía se colocaban los cimientos de la empresa en la que se ha convertido hoy en día el Grupo Serra.
Pedro Comas siempre estuvo en su sitio, haciendo piña con el equipo de Redacción, superando las adversidades, certificando para la posteridad cifras de tiradas récord y difusiones nunca jamás alcanzadas. Porque permanecer treinta años al mando de un periódico es una proeza. Y posiblemente hubiera seguido al frente si los tiempos no hubieran cambiado de manera radical a partir de 2008.
Los persistentes efectos de la crisis económica en la prensa y la transformación de los sistemas de comunicación de masas obligaron a un replanteamiento general del Grupo. Pedro Serra y Pedro Comas, artífices del gran cambio que Ultima Hora inició en 1975, dejaron sus puestos en 2013 y 2014. Pero ambos mantuvieron su actividad: estaban al tanto de la actualidad, buscaban noticias, repartían consejos. Estuvieron siempre al pie del cañón, exigentes, autoexigentes. Eran grandes profesionales del periodismo porque amaban esta profesión. Sabían que la vida no se para, siempre hay algo que contar, aunque sea la muerte del querido compañero de al lado.