Malas noticias para las pocas tiendas emblemáticas de Ciutat, que se han visto muy azotadas por esta crisis del coronavirus. La siguiente en la lista podría ser Sant Joan, la tienda de la perla y la bisutería por excelencia regentada desde hace 14 años por Juan Campins y su mujer, Rosario Pulido, pero emplazada en la concurrida calle de Jaime II desde hace 40 años. Debido a la poca afluencia turística, los dueños se han visto obligados a liquidar todos sus productos por acumulación de género. «Nos pondremos como reto hasta finales de año. Si la cosa no cambia, tendremos que tomar la decisión de cerrar», comenta Campins al otro lado del teléfono.
La perla
«Cuando empezamos éramos conocidos como los profesionales de la perla. Éramos los únicos por aquel entonces, y lo combinábamos con la venta de bisutería de buena calidad». Pocos años después el producto de la perla empezó a funcionar muy bien e hizo florecer más negocios, recuerda Juan Campins. Pese a ello, «hemos seguido subsistiendo».
Campins y su mujer nunca dejaron de comprar productos de calidad, a nivel nacional e internacional. Y apostaron por la vanguardia. Con el tiempo, abrieron otro Sant Joan en la misma plaza de Cort. «Ésta ha funcionado muy bien en verano gracias a los cruceros». Lo cuenta en pasado porque hace poco tuvieron que cerrarla y ahora se encuentra en traspaso. «En junio empezamos a ver que no había el suficiente movimiento turístico para seguir manteniendo los precios desorbitados del alquiler. Hemos tenido años muy buenos. Pero el negocio de la perla ha bajado. Eso sí, quien realmente busca este producto mallorquín va a tiro fijo».
El nombre de Sant Joan es sinónimo de perla con Denominación de Origen, de parada obligatoria para el visitante, de buen servicio «y sobre todo buenos consejos para el cliente». Unos clientes que acuden desde hace 40 años.