Mientras en España se padece la llamada segunda ola del Sars-Cov-2 y Pullmantur ha enviado al desguace a la totalidad de su flota de cruceros, en Italia, el país más afectado en primavera por la enfermedad, se disfruta ya de las vacaciones en el mar, con la reactivación de los primeros itinerarios. Y es que, en la actualidad, la tasa de infección del virus de origen chino en la nación transalpina es diez veces menor que en nuestro país. Es una realidad que habla por sí sola de la gestión y la responsabilidad demostrada por sus gobernantes y ciudadanos.
Primero MSC, para turistas del espacio Schengen y después Costa Crociere, para italianos, están reactivando sus mejores unidades, con un estricto protocolo de seguridad, tras el largo parón en la actividad desde el pasado mes de marzo.
El ‘MSC Grandiosa', el más moderno y espectacular de todos ellos –y que realizó en Palma sus primeras visitas el pasado mes de marzo–, recién inaugurado entonces antes de su abrupta interrupción, zarpó el pasado día 16 de agosto. Desde el puerto de Génova emprendió con éxito y sin contagios, gracias a unas estrictas medidas de seguridad, un crucero de una semana de duración alrededor de la península italiana con visitas a Florencia, Roma, Nápoles y Sicilia. Le ha seguido el pasado día 29 el ‘MSC Magnifica' y el día 6 el ‘Costa Deliziosa' en un itinerario desde Trieste ahora en curso, con escalas en Bari, Brindisi y Messina entre otras visitas. Y el próximo día 19 zarpará de Génova el ‘Costa Diadema' en un viaje similar para turistas exclusivamente italianos.
Mientras tanto, en Mallorca los cruceros brillan por su ausencia y los contagios, ingresos hospitalarios y defunciones continúan día sí y otro también. A su vez, siguen a buen ritmo en el puerto de Palma unas enormes obras de crecimiento portuario, destinadas a una actividad turística de futuro cada vez más incierto en la Isla.