El sentimiento de los padres de los alumnos que han regresado este jueves a las aulas es de inquietud. Tras seis meses de parón, la incertidumbre de cómo se desarrollará este nuevo curso marcado por la pandemia les ha despojado de una vuelta al cole típica y rutinaria.
Pese a que muchos reconocen la buena organización en la puesta en marcha del plan B marcado por la conselleria d'Educació, no pueden quitarse ese sabor agridulce. En el colegio Aina Moll de Palma, una madre comenta que «había que volver a las clases pero al mismo tiempo tengo muchas dudas».
En general, los cambios como la duplicidad de líneas y la variabilidad en la toma de decisiones por parte del Govern, sujeta a las necesidades de la pandemia, han generado incertidumbre en las familias. Y algunas medidas, como la instalación de aulas modulares para poder atender las necesidades, han generado quejas por parte de algunos progenitores. Algunos dudan de si llevar a sus hijos al colegio o no, aunque este hecho pueda acarrear consecuencias.
Por su parte, los niños se muestran contentos y felices de poder regresar, aunque sea en una nueva normalidad.