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La silla de Maceo se queda en Cuba

El historiador cubano Eusebio Leal, junto a la silla de Maceo, en noviembre de 2018, cuando se hizo entrega de ésta. Leal murió el 31 de julio y días antes escribió y firmó la carta que se reproduce a la izquierda. | Reuters

| Palma |

La silla del héroe nacional de Cuba Antonio Maceo (1845-1896), prócer de la independencia cubana, que fue traída a Mallorca a (donde permaneció hasta hace dos años) como botín de guerra por el general mallorquín Valeriano Weyler (1838-1930), se queda en Cuba.

De momento, se quedará tres años más aunque es bastante improbable que sea reclamada en el futuro por el Ajuntament de Palma que la cedió temporalmente al Gobierno del país caribeño en 2018. El propio presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se la llevó allí en su primer viaje oficial.

Varias personas jugaron un papel relevante en toda esa operación, entre ellos el historiador cubano Eusebio Leal, que murió el pasado 31 de julio.

Días antes de morir, concretamente el 6 de julio, Leal remitió una carta al alcalde de Palma, José Hila, en la que le recordaba que «ya está a punto de cumplirse el término acordado para el préstamo de la silla esculpida en madera de palma real [palmera] y que fue de uso personal del lugarteniente del ejército libertador de Cuba, Antoni Maceo», y le expresaba su deseo de renovar el préstamo, que vence el próximo diciembre, «para que el pueblo cubano pueda seguir teniendo como guardia y custodio una parte importante del alma de nuestra patria».

El presidente de la Casa de Amistad de Baleares-Cuba, Gerardo Moyá –que participó en la comitiva que entregó la silla– completó las gestiones iniciadas por Leal ante el Consistorio. Éste ha acordado prorrogar la cesión y ha informado al Ministerio de Exteriores. Moyá no quiere ancticipar acontecimientos pero afirma tener «pocas dudas» de que pasados tres años, la silla se quedará en Cuba. El Ajuntament, de acuerdo con el Gobierno de España, buscará alguna opción que lo haga posible: previsiblemente un trueque.

El final de una época

Eusebio Leal era toda una referencia intelectual en Cuba. Historiador, fue el cronista oficial de la La Habana y se significó especialmente por el proyecto de restauración de esa ciudad, que fue declarada por la Unesco como patrimonio de la humanidad en 1982. Era un interlocutor habitual de Moyà, quien fue el que planteó al PSOE balear la posibilidad de que se aprovechara el viaje a Cuba del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, para antender la histórica reclamación de la silla de Maceo.

Ésta fue cedida por los descendientes del general Weyler –capitál general de Cuba, capitán general de Cuba y encargado de la represión del movimiento independentista– en 1930, un año después de su muerte, al Ajuntament de Palma. Posteriormente se exhibió en el castillo militar de San Carlos junto a otros ‘trofeos' y elementos referidos a las guerras de Cuba y Filipinas, que marcaron el final del dominio colonial de España en el mundo.

Una referencia a la pandemia en el último párrafo

Eusebio Leal aprovechó el último párrafo de su carta al alcalde Hila (derecha) para «hacer votos por la salud y recuperación del pueblo español que, al igual que el nuestro, ha tenido que padecer la calamidad de esta pandemia». Al informar de su muerte, el diario Gramma detallaba que, «concluida la pandemia», se le tributaría un homenaje en el Capitolio de La Habana, «emblemática instalación que restauró en favor de la nación».

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